Partimos de una educación popular y alternativa, inspirada en una mirada latinoamericana, crítica y emancipadora. Reflexionamos y creamos escuela desde un lugar determinado: los sectores populares del suroriente de Bogotá. Buscamos reconstruir y fortalecer nuestra identidad local y las relaciones comunitarias a partir de la sensibilización y creación artística. El arte es entonces camino, posibilidad y escenario para construcción de sensibilidad, reflexión e inmersión a formas alternativas de entendernos a nosotros mismos, tanto individual como colectivamente. A través del acercamiento a la diversidad de técnicas, formatos, movimientos, imágenes, palabras y sonidos, podemos como seres humanos, conectarnos y explorar la magia de la vida.
No se trata del arte por el arte, ni tampoco de un arte condicionado; es un arte comprendido en las condiciones históricas y materiales de existencia, reconociendo las particularidades de las formas de ser, sentir, vivir, y crear ubicadas en un lugar particular, con sus potencialidades y sus limitaciones. Las diversas salas de formación artística (literarias, dancísticas, visuales, audiovisuales, escénicas, musicales y urbanas), se abordan desde una perspectiva popular, plural y comunitaria. Integramos reflexiones transversales en tornos al Patrimonio Local, la construcción de paz, y la identidad territorial, abordadas desde la cotidianidad del barrio, la montaña, la calle, las casas, las conversaciones, los vínculos, las estéticas, las palabras en los procesos formativos.
La construcción colectiva, dialogada, participativa requiere la articulación entre la diversidad. Por eso, nos aliamos a organizaciones y colectivos culturales locales, entendiendo que esta apuesta, se consolida a partir de la unidad. Las formas de hacer, explorar, y acercarse a la realidad desde cada apuesta artística, son la esencia de la construcción de caminos conjuntos.
Los participantes de los procesos de formación en artes son habitantes de la localidad. De acuerdo a la cercanía de la sala disponible, pueden integrarse a la propuesta artística que se ofrece en ese momento. No obstante, al ser un proceso dialógico, estas propuestas están abiertas a modificaciones y adecuaciones de acuerdo a las necesidades y exigencias de los participantes.
Entendemos que las divisiones en sectores impiden el reconocimiento de historias, símbolos y códigos comunes entre los habitantes de nuestros barrios. Por ello, procuramos construir espacios formativos, intergeneracionales e interculturales, donde participan niños y niñas de 7 años hasta adultos mayores de 75 años. Además, procuramos la integración de la diversidad pluriétnica y multicultural de las comunidades Palenqueras, Afros, Raizales, e indígenas. Los facilitadores y monitores son designados por las organizaciones comunitarias, de acuerdo al perfil de formación de cada uno, presentan una propuesta de abordaje de su sala que se adecue a las apuestas pedagógicas de la escuela. Se designa una cantidad de horas para la planeación, las reuniones grupales, las sesiones de trabajo y el cierre/presentación final del proceso de sensibilización y formación. En la medida de lo posible, se requiere que los facilitadores sean personas que habiten la localidad, que tengan una experticia en su campo, bien sea empírica o profesional.
Finalmente, propendemos por la democratización del arte, proponemos nuevas lecturas que favorezcan la reconstrucción del tejido social, la construcción de nuevas formas de habitar el barrio, y el rescate de la sensibilidad y responsabilidad por el barrio.