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lunes, 13 de junio de 2016

El cuerpo en el territorio. Por: Diana Esperanza Benavides.


La enseñanza de una técnica del cuerpo 
mezcla permanentemente el gesto y a palabra
su gesto y explicación.
El cuerpo del maestro es el sitio de la demostración de la experiencia.
El cuerpo es la materia prima que hay que transmutar para generar un conocimiento sobre sí mismo
capaz de cambiar la vida. 

David Le Breton.

La localidad de San Cristóbal, por su gran labor artística, ha fortalecido muchos de los procesos culturales y comunitarios del Suroriente. EFARTE es uno de esos procesos de escuela artística comunitaria que, cada vez que está abierta, desarrolla un foro que incluya una reflexión que fortalezca el proceso pedagógico y artístico de los estudiantes y los maestros. 

Para el primer semestre del año 2016, el equipo de formadores y monitores de la escuela decidió decantarse por una reflexión alrededor del cuerpo y su relación con el territorio.  

En el foro cada experiencia, liderada por alguno de los formadores, tenía una duración de 25 minutos. Cada estudiante podía pasar por 4 experiencias artísticas diferentes; algunas experiencias trabajaron desde la sensibilidad auditiva y visual; otras, desde las danzas, el juego, la música y las pinturas fluorescentes. Cada acción interpelaba al estudiante en su cotidianidad y fomentaba el relacionamiento con el mundo desde otras sensibilidades, quizá no muy exploradas, como la sensibilidad auditiva y visual. 

En las danzas, adultos mayores y niños intercambiaron experiencias, sus experiencias, con los movimientos del cuerpo. Una curiosidad es ver que los adultos mayores tienden a moverse con más energía pero con menor velocidad, y los niños se mueven con más velocidad pero con cierto temor. 

Estudiantes de danzas. EFARTE, Tejedores de Libertad.
En el aspecto teatral sobresalió el trabajo de la recuperación de la memoria barrial, gracias a la puesta en escena de algunas anécdotas de nuestro territorio, como lo es el trabajo del pregonero en los buses y colectivos de las montañas surorientales. 

En mi opinión, creo que para que en cada experiencia artística se conciba realmente el trabajo, o la relación cuerpo-territorio, cada ejercicio podría durar más tiempo. Para que el trabajo sensitivo, pienso, pase de la pre-expresividad hasta la expresividad total, debe reconocer todas las partes del cuerpo, no sólo en términos biológicos sino en términos sensoriales, hecho que está directamente relacionado con la cultura. El arte es el oficio que nos permite elaborar constantes preguntas sobre el cuerpo y el contexto en el que nos desenvolvemos. Esto último, lo deseo completar con las opiniones que algunos estudiantes me dieron, cuando los entrevisté:

Estudiante de fotografía. EFARTE, Tejedores de Libertad.
Nelly Jiménez. Taller de Danza.
No es un foro monótono; es más bien lúdico. El adulto mayor, por ejemplo, viene a relajarse, a dejar el estrés, la rutina...y viene a valorar su cuerpo, no sólo física sino intlectualmente.  

Juan Benavidez. Taller de teatro.
El foro fue bueno, diferente. El cuerpo, para mí, es arte, el arte que se mueve, siente y se expresa así mismo.
Alicia. Taller de Visuales.
Es divertido escuchar el cuerpo, mediante la música y el teatro.

Laura Sofía. Taller de Teatro.
Cuando el cuerpo se mueve, se ejercita y hace cosas chéveres, el mismo cuerpo crece y se desarrolla.

María. Taller de Danzas.
Uno se pregunta, gracias a estas cosas, sobre el sentido de comunidad, de la amistad, y todo eso ya vale la pena. 

Néstor. Taller de música.
Ver cómo nos integramos, a través del arte y las distintas concepciones sobre el cuerpo, es algo muy interesante e importante para generar vínculos. 

Jesús. Taller de Plásticas.
Los talleres estuvieron muy buenos para mejorar nuestra salud física y mental. El hecho de distraernos, de explorar el cuerpo en diversas manifestaciones, creo yo, contribuye a respetarnos más y mejor, a compartir y a jugar, disfrutando de la vida.

José. Taller de Danza.
El arte ayuda a transformar nuestras emociones para bien y eso se ve reflejado en nuestro cuerpo. Se refleja, también, en la alegría de compartir con el otro.

Juegos tradicionales. Fragmento de documental: EFARTE, Tejedores de Libertad.


Estas opiniones me dan cierta potestad para asegurar que debemos ser más reiterativos con estos espacios. Debemos apuntarle a promover espacios como la escuela y que se profundice en sus propósitos. Para esto, es necesaria la participación de cada estudiante que habita el territorio; pues serán ellos los multiplicadores que favorecerán nuevas miradas sobre el arte, sobre el cuerpo y sobre nuestra localidad. 



Licenciada de Artes escénicas
Actriz De la Agrupación Teatral Piel de Roca


lunes, 16 de mayo de 2016

Encontré mi cuerpo, y cuando volteé a mirar, encontré un paisaje...Por: Magdalena Mendoza.

El pasado nueve de abril se celebró el Foro Interlocal de nuestra escuela. La temática que lo convocó giró alrdedor del cuerpo y la relación de este con nuestro territorio y nuestro patrimonio. Pero también quisimos que, aparte del evento en sí, le diéramos paso a un ejercicio reflexivo e investigativo. Por eso, contamos con la participación de unos relatores que nos dejaron sus impresiones. Relatores que, aunque ajenos a la escuela, habitan la localidad y luchan por ella. Y para ti ¿qué es el cuerpo? 


*

Encontré mi cuerpo, y cuando volteé a mirar, encontré un paisaje urbano y rústico. Un paisaje fondeado por los Cerros Orientales, como cuerpos durmientes de un sueño milenario. 

Me parece pertinente abrir este texto explicando que fui invitada a formar parte de este ejercicio como observadora, y que para la construcción de este relato, me apoyaré en la vivencia e impresiones que logré capturar en los diferentes momentos. Para ello, evidenciaré la subjetividad del ser participante, pero también la objetividad del que observa a los otros en su relación con la experiencia y con sus propios cuerpos. 

A continuación daré cuenta de cuatro prácticas artísticas: 1) desde la fotografía: nosotros mismos; 2) desde las escénicas: match de improvisación; 3) desde la literatura: caja de espejos; 4) desde las pláticas: paisaje sonoro

Lentamente recorrí los diferentes escenarios que se preparaban para poner en marcha el encuentro con los sentidos, con el propio cuerpo y con el de los demás; adaptándome así a sus procesos, ritmos y cambios. 

Domo de San Cristóbal. Lugar donde se desarrolló el II Foro Interlocal de EFARTE.
Abril de 2016.

En la primera experiencia llamada "Nosotros mismos", había un grupo de personas atentas. Allí se planteaba una pregunta muy filosófica: ¿Quién soy yo? Para dar respuesta a esta cuestión, el formador mostraba cómo los objetos nos identifican, es decir, que estos terminan haciendo parte constitutiva de nosotros: de nuestros gustos, nuestros deseos, nuestras posturas, nuestras condiciones de vida...y en este sentido, nos demostraba que los objetos pueden decir tanto de nosotros como nuestras propias palabras. 

Por ejemplo, sobresalió la "Máquina de coser", como uno de esos objetos que caracterizó y marcó no sólo a individuos sino a generaciones enteras; de modo que este objeto sirvió como una especie de detonante de la memoria personal y colectiva. El cuerpo no existe aislado, sino que se acompaña de los objetos con los que está en constante interacción y, esta interacción, nos permite volver a encontrarnos con nuestro ser histórico en diferentes estados, gestos, espacios y tiempos. Quizá, el hecho de encontrarnos con objetos de antaño, nos pueda sonrojar e inquietar porque nos evoca creencias y sentires que pensábamos ya olvidados.



Georgina Gómez de Velásquez.
II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016.
Junto a los objetos también encontré fotografías y retratos que representaban a un yo que lentamente se iba como el agua entre las manos. Desde esa experiencia es que cobraba vigencia la pregunta: ¿el retrato o fotografía permite reconocer quién soy yo? Tal vez la respuesta pasa por una reflexión: los retratos que nos toman (por ejemplo, para documentos de identificación) no capturan necesariamente lo que somos. Es decir, muchas veces los retratos, aunque nos reflejan, generan un desconocimiento propio y una falta de identidad. En este sentido, el mejor retrato será aquel que conserve no solo la imagen del cuerpo, sino todo aquello que lo acompaña y le identifica. 

Para complementar el ejercicio, el grupo fue dividido en dos: el primero, personas dispuestas a dejarse fotografiar, y el segundo, los que tomarían las fotografías. Los primeros debían escoger un objeto que les gustara e identificara, mientras que las personas del segundo grupo exploraban las cámaras y sus funciones. 

Un participante que me llamó la atención fue el señor Antonio, a quien fotografiaron de primeras. Para su retrato se escogió una rana, un objeto que le recordaba sus raíces campesinas. Lo que evidenció, una vez más, que los objetos guardan una relación estrecha con lo que fuimos, somos y seremos y, por lo tanto, con el recuerdo de momentos, lugares y personas. 

Don Antonio Alejandro Espinosa
II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016

A partir de la fotografía, como ejercicio pedagógico, pude reconocer cómo el retrato, por un lado, tiene la capacidad de conservar la memoria de un momento específico de la vida de una persona; por otro, que los retratos que conocemos de nosotros mismos no necesariamente nos representan, ya que no nos permiten ser y aparecer con los objetos que nos conectan con la infancia, la juventud, la adultez, la vejez y el territorio. Por último, comprendí la importancia que tiene preparar un retrato, su complejidad y la técnica que implica su elaboración. 

*

El territorio recorre mi cuerpo y mi alma,  mi cuerpo y mi alma recorren el territorio...

La segunda experiencia comienza con la narración de una historia que retrataba, de manera muy fiel, la época de los colectivos y sus pregoneros. El personaje principal era, por supuesto, un pregonero, el cual realizaba descripciones muy precisas en cuanto al vocabulario que usaban entre ellos para conseguir todo el cupo del colectivo, el costo del pasaje, las condiciones del clima, las características del territorio y sus habitantes. Recordé que esto lo hacían desde las partes altas de nuestra localidad hasta el centro y viceversa. Es de resaltar que la lectura realizada por el formador propiciaba recuerdos y una clara sensación de nostalgia sobre un pasada que, en mi caso, viví durante la niñez.  

Al observar un dibujo de la silueta humana, que en la parte superior de la carpa formula la pregunta: ¿Qué es el cuerpo?, se genera una conversación en torno a la relación existente entre el cuerpo, el otro y el territorio actual (San Cristóbal). Los planteamientos se entrelazan con la fragmentación que ha sufrido el cuerpo y el territorio por la violencia, la guerra y el desplazamiento. De manera que queda la reflexión de cómo en nuestro cuerpo se reproducen las violencias de nuestro territorio, nuestros barrios y nuestro país. Tanto el cuerpo, como el territorio forman parte de la historia, y la historia nos permite reconocernos como parte de una tierra, de un ambiente y de unas condiciones que nos han atravesado, más allá de los límites de nuestra piel. 

Carpa de artes escénicas. II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016

Pronto nos acercamos a unas cajas que contienen vestuarios, máscaras, antifaces y otros objetos que incitan a convertirnos en otros. Con esta actividad sentimos la angustia de representar tres situaciones: el despojo de la tierra, el reclutamiento forzado y la inseguridad. Momentos que ha vivido, y sigue viviendo, nuestro territorio y que cobran vida en nuestros cuerpos. 

Con las diferentes escenas se manifestó la cercanía entre el territorio y el cuerpo como unidad. De manera que los sucesos que están mediados por la violencia, la guerra y el poder atraviesan tanto al cuerpo como al territorio. 

Para cerrar este apartado me remitiré a una pregunta que les realicé a dos participantes: 

¿Qué significado tiene el cuerpo para usted?

Es como sentir—, me responde la entrevistada, que se llamaba Carolina Rojas.

El cuerpo abarca la existencia y el entorno...el cuerpo es fundamental acompaña la respuesta, un joven llamado Germán Bermúdez. 


*

Cuando me contaste tu recuerdo, quise ser esa niña que iba con su abuela a recoger café...

En la experiencia "Caja de espejos" se nos invitó a recrear la memoria como instrumento de socialización intergeneracional y, como tal, una forma de enriquecer el ejercicio de reconstrucción de saberes y experiencias. 

La actividad entró en marcha y allí encontramos los recuerdos narrados por voces de diferente color, tono y textura. Los recuerdos nos transportaron a un olor o sabor característico que se relacionaba con nuestras abuelas. Lo sensible trasciende el cuerpo y rebasa los sentidos; fue, entonces, como retornar al huevo o sentirse cerca de un ser amado. 

Haciendo uso de la representación gráfica pudimos capturar una secuencia de imágenes que relataban los recuerdos que nos remitían al campo, a sus costumbres y a los quehaceres tradicionales: levantarse temprano, cargar agua desde el pozo hasta la casa, poner un fogón en piedras, y allí, preparar el desayuno con arepas y plátano. Y, claro, también ordeñar las vacas para luego ir a recolectar café. En ojos marcados por la experiencia y el paso del tiempo, se podían observar la carga de significados que las personas les atribuían a sus vivencias. Más, si estos tenían que ver con seres que nos enseñaron, castigaron, vistieron y alimentaron. O, dicho de otra manera, que nos marcaron para siempre. 


Actividad literatura. II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016
Compartimos un momento especial cargado de ayeres imborrables a los que, necesariamente, retornamos de vez en cuando para reafirmar lo que somos y de donde venimos. Este ejercicio reconstruyó momentos escondidos de la memoria en los cuales mi historia de vida se vio reflejada, como una hija más de esta tierra. 


*

Cerré los ojos y me encontré en un devenir de imágenes y sensaciones que componían el paisaje de mi vida... 

Me adentré por un momento en la oscuridad y lentamente el pensamiento componía y descomponía imágenes, lugares y sensaciones motivadas por una atmósfera que me guiaba y transportaba sin límites, a tiempos y espacios que formaban un paisaje sonoro. El espacio oscuro me permitió el encuentro con mi propio cuerpo y con el de los demás. 

En ese encuentro con los demás volvimos a la realidad, y allí las pinturas fosforescentes y los pinceles nos esperaban para que diseñáramos una pintura; pintura motivada por los sonidos, los sentidos y las emociones del momento. A partir del sonido se altera el cuerpo y se recrea el recuerdo del territorio, de las aves, del agua y de las personas que conformamos el paisaje. 


Actividad de Artes Plásticas.
II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016
Al salir de esta dimensión, algunas personas expresaron sus sensaciones, como el temor; otros se acordaron de algún momento en especial o de un lugar del barrio y la localidad. El formador plantea, entonces, la pregunta: ¿cuáles son los imaginarios corporales que construimos en el territorio? Pregunta ante la cual pienso: el consumo es uno de los imaginarios que más nos afecta y que también afecta al territorio, debido a que el imaginario ejerce una fuerza sobre el cuerpo y a su vez, el cuerpo ejerce una acción directa en los entornos. 


Luego de nutrirme de todas estas experiencias, noto que todo el público se arremolina en el centro del domo, y allí, me acerco para seguirme sorprendiendo de nuevas cosas...

*

Para cerrar, debo agradecer la oportunidad de vivenciar y aprender sobre otras concepciones del cuerpo, a partir del acto pedagógico-artístico y crítico. Y asimismo, cómo esto se relaciona con el patrimonio cultural que posee nuestra localidad. 

Gracias por alentar un espacio para el encuentro y la participación de todos los habitantes del territorio, ya que finalmente, para poder generar transformaciones, debemos descolonizar el pensamiento y el cuerpo. Y, creo yo, eso se logra a partir del reconocer las historias, las memorias e imaginarios como entidades vivas capaces de construir o destruir. De nosotros dependerá hacia dónde guiaremos, o permitiremos que guíen, a nuestro territorio. 

Por: Magdalena Mendoza Lozano. Abril de 2016.

sábado, 7 de mayo de 2016

Cuerpo, arte y territorio. Por: Andrés Ayala Herrera.



El pasado nueve de abril se celebró el Foro Interlocal de nuestra escuela. La temática que lo convocó giró alrdedor del cuerpo y la relación de este con nuestro territorio y nuestro patrimonio. Pero también quisimos que, aparte del evento en sí, le diéramos paso a un ejercicio reflexivo e investigativo. Por eso, contamos con la participación de unos relatores que nos dejaron sus impresiones. Relatores que, aunque ajenos a la escuela, habitan la localidad y luchan por ella. Y para ti ¿qué es el cuerpo? 



A continuación podrás leer el texto que nos comparte Andrés Ayala Herrera.    



Cuerpo, arte y territorio



Texto redactado a partir de la observación en el Foro Interlocal de San Cristóbal de la Escuela de Formación en Arte, Cultura y Patrimonio.



Por: Felipe Andrés Ayala Herrera

Licenciado en Educación Básica con Énfasis en Humanidades y Lengua Castellana.



Querido lector (a): 


Si algo sabemos quienes hemos trabajado en proyectos artísticos y comunitarios es que estos están atravesados por relaciones de poder. En este caso, formas de conocimientos institucionales, científicas y populares que se asientan presa en el territorio no sólo para dominar, sino para ejercer una autoridad específica para que las cosas funcionen como se quiere y no como deben ser. Algunos de estos conocimientos se pueden evidenciar en el uso desmedido de la palabra, cuyo fin es la persuasión y el engaño, la burocracia, la corrupción, el clientelismo y la dedocracia. En este sentido, no puedo dejar pasar la reflexión sobre el cuerpo, el arte y el territorio sin tener en cuenta lo anterior, puesto que es una parte constitutiva y esencial en la comprensión de las relaciones comunitarias.  


Todos sabemos que el cuerpo es extremidades, articulaciones, sistemas, movimiento, pensamiento, conocimiento y emociones. Y el territorio, un lugar geográfico, político y físico, donde una comunidad teje vivencias, historias, intimidades, afectos, luchas y relaciones. Y el arte, expresión de la inteligencia y las emociones. ¿Cuál es la relación, entonces, de estos conceptos o palabras?   A Continuación, daré una respuesta teniendo en cuenta el Foro de Arte, Cultura y Patrimonio de la Escuela de Formación Efarte.


El 9 de abril en la Maloca del parque San Cristóbal, en las horas de la tarde, se dio el encuentro de niños, niñas, adultos, abuelos y jóvenes; casi podría afirmar que era un choque intergeneracional. Cada uno de ellos compartía en diferentes secciones con expresiones artísticas, cuyo objetivo era la reflexión alrededor del cuerpo, el territorio y el arte en la localidad de San Cristóbal Sur. Recuerdo que me acerqué con escepticismo a la sección que formulaba la siguiente pregunta: ¿Quién soy yo? Una pregunta que me causó curiosidad por su contenido filosófico, pero también por la puesta en escena de cámaras, luces y trípodes que la acompañaban. 

Ejercicio del formador, Néstor Quintero. Foro Interlocal, 9 de abril, 2016.


El profesor de pelo largo hace la presentación del espacio, explica el significado de los objetos que adornan, mientras la gente lo escucha con aparente atención. Me disgusta un comentario que hace: “yo sé que la mayoría de ustedes no han cogido una cámara de estas, pero frescos, yo les explico”. Sentí de cierta manera algo de arrogancia en el hombre: yo sé, ustedes no saben. Parecía un Melquiades exhibiendo objetos extraños a una comunidad en apariencia prehistórica. Me olvido de ello y centro la atención en las siguientes palabras que pronuncia: “más allá de lo bonito o hermoso, lo que importa es un retrato que capture la esencia de nosotros”. Me intereso por esta definición, porque lleva a los asistentes a romper con los estereotipos fotográficos de belleza y conduce a las personas a pensarse la fotografía como un medio para hacer memoria, construir identidad y estimular la autorepresentación. Entonces, este profesor que presenta objetos extraños, invita a los asistentes a acercarse a la cámara, a unos para fotografiar, a otros para ser fotografiados. El ejercicio llama la atención, todos quieren participar.  


Sin pensamiento alguno me retiro del lugar para pensar en el arte, el territorio y el cuerpo. Pienso en que lo que relaciona el cuerpo y el territorio es la mirada: hay cuerpos desgastados por miradas obscenas, cuerpos elogiados por miradas hedonistas, cuerpos golpeados por miradas violentas y cuerpos peligrosos por miradas de temor. Y así, de esta manera, se puede hacer la misma reflexión con el territorio. Entonces, el arte y el cuerpo y el territorio se relacionan para trasformar la mirada que tenemos y así construirnos a nosotros mismos desde adentro; pero fuera del poder que ejerce la corrupción, el engaño y la mentira.  Disipo la reflexión y me voy a otra sección.


Me encuentro con un letrero que dice ¡Jugando voy recordando!, la actividad lleva cierto tiempo, me incorporo, escucho que el profesor interroga a los asistentes: ¿qué se siente cuando quiero avanzar?, ¿qué se siente cuando se tocan?, ¿sienten que el cuerpo quiere seguir hacia delante, pero algo lo obstaculiza? Tocan sus cuerpos mutuamente, algunos se intimidan, se evidencia en sus ojos y en sus movimientos lentos y sigilosos cierta precaución. De nuevo interviene el profesor y manifiesta lo siguiente: “sí ven que lo que no conocemos nos incomoda, nos incomoda que nos toque, esto es la soberanía del cuerpo, es decir, el cuerpo se convierte en el primer territorio que debemos proteger”. Sin embargo, creo que no sólo hay que protegerlo del otro, también de nosotros mismos: un cuerpo que no se cultiva, es un cuerpo peligroso para sí mismo. Por lo tanto, la palabra soberanía no puede ser usada para mantener cuerpos enfermos y sin cultivo, porque es como lo que ha hecho Estados Unidos: hablan de derechos humanos para violar los derechos humanos. En efecto, el cuerpo y el territorio, para ser soberanos, deben cambiar sus prácticas de cultivo y para ello está el arte, para cambiar y trasformar esas prácticas que impiden que nos movamos y toquemos al otro. Me retiro del espacio un poco dubitativo.   

Jugando voy recordando.
Me acerco a la sección donde un profesor, a través de un piano, produce música para que la gente se mueva con la nota musical. En este lugar se resalta el movimiento. Medito y me digo a mí mismo que el cuerpo y el territorio tienen movimiento y que este depende de nosotros: hay movimientos lentos, rápidos, rudos, corruptos, sigilosos, inteligentes, coordinados y descoordinados y que cada uno de acuerdo a su trayectoria de vida se mueve con algunos de ellos, ¿pero, qué se espera del movimiento de nuestro territorio? ¿Cómo a través del arte, en este caso la danza, movemos el territorio? ¿Qué tipo de movimiento queremos para él? Pienso, entonces que el arte es un cuerpo en movimiento en búsqueda de la perfección y la coordinación dentro de un territorio ¡Hay que movernos, hay que movernos para liberar el cuerpo y el territorio de las malas mañas!  


Sin pensarlo, y con cierta duda camino, camino, camino…me salgo de la Maloca y me dirijo a donde los asistentes practican juegos tradicionales. Juguetean con costales, con trompos y cocas, etc. Algunos, especialmente los más viejos, recuerdan su infancia, los más jóvenes sonríen y disfrutan, al parecer como nunca lo han hecho. Entonces, indago y pienso que el cuerpo es juego y que el territorio también, y que es a través del juego que hacemos memoria para construir nuestro cuerpo y territorio. Me voy rápido de esta experiencia, al parecer capté fácilmente su significado. Me gustó, me gustó. 


Juegos de mi territorio.
Vuelvo de nuevo a la Maloca. Me dirijo a donde un grupo discute el significado de imaginario. Pienso que un imaginario es algo de la mente y que, al mismo tiempo, son construcciones sociales que tenemos de la realidad social. Entonces, el profesor que dirige el espacio pregunta: ¿cuál es el imaginario que tenemos del territorio?, él mismo se contesta y manifiesta que el imaginario es el de un lugar peligroso y violento. La gente lo mira con duda y escepticismo, observo que el interrogante es complicado para los asistentes. Suena un pito para indicar a las personas que se tienen que acercar al centro para observar una función: al parecer, no sé, disculpe mi ignorancia, creo que es de Clown y otras cositas. En este sentido, creo que el territorio y el cuerpo, es eso, un imaginario que vamos construyendo y reconstruyendo a través de las representaciones artísticas.


Entonces, el arte es una manifestación del cuerpo y del territorio y viceversa, pero al mismo tiempo es el espíritu del cuerpo, es el lienzo a través del cual vamos dibujando las relaciones comunitarias; es la utopía que marca nuestros gestos, miradas y costumbres; es el silencio que nos enseña la vida, es el grito de Edvard Munch, es la sinfonía de Beethoven, es Mozart, Nyman y las letras de Borges.


Otros aspectos.

Me pareció que el foro cumplió con el objetivo. Los felicito por la organización y la metodología, fue un ejercicio donde brotó el aprendizaje. Los felicito.