miércoles, 30 de diciembre de 2015

Organizaciones culturales de la Localidad

Acá iremos subiendo y actualizando la información sobre las organizaciones sociales pertenecientes a la localidad de San Cristóbal. A medida que pase el tiempo reseñaremos cada una de ellas, de tal manera que las puedas conocer mejor. Mientras tanto, divulgamos la base más reciente de la que tengamos conocimiento.

XI Congreso Local de Cultura, 2015.

XI Congreso Local de Cultura, 2015.

Redes Sociales

Para que te conectes con nuestras demás redes sociales, ponemos a disposición los enlaces donde nos puedes encontrar:


Progresivamente iremos actualizando y subiendo más material. 



viernes, 25 de diciembre de 2015

Base de datos sobre San Cristóbal.


Parte de nuestro trabajo es consolidar una base de datos sobre este territorio que tenemos la fortuna de habitar. Queremos que esta fuente de información, no obstante, no se quede guardada en un baúl o encerrada en un escaparate. De ahí que queramos divulgarla por la red, para que muchas más personas la puedan conocer, consultar y disfrutar. Con el paso del tiempo la iremos alimentando, a medida que sigamos conociendo nuevas historias. Para eso, necesitaremos de tu ayuda: si sabes de algún artículo, libro, tesis, etc., que quieras compartir para todos nuestros vecinos, te lo recomendamos para poder construir, entre todos, nuestra gran base de datos de San Cristóbal. Buscaremos, también, que las fuentes puedan consultarse directamente desde internet, dependiendo, claro está, de las posibilidades y de los niveles de acceso. 

¡A disfrutar conociendo nuestra localidad y nuestro patrimonio!

BIBLIOGRAFÍA


  • ALDANA ALONSO, Pedro Julio. Santa Ana Sur. Una historia que continúa. 1998.
  • AVESOL, 2013, Asociación de Vecinos Solidarios: 36 años de resistencia popular en el suroriente bogotano, Bogotá, ARFO. 
  • BUSTOS RAMIREZ, Andrés Javier. SAN CRISTÓBAL: HACIENDO LADRILLOS, HACIENDO HISTORIA. Antología de crónicas barriales http://www.banrepcultural.org/cronicas-barriales/antologia.html 
  • HERNÁNDEZ, R. (2011). Sucesivos registros del barrio San Francisco Javier-Villa Javier. Bogotá: Corporación Patrimonio Urbano. 
  • HERRERA SAAVEDRA, Cristina Andrea. Cultura organizativa que recorre, narra y practica la ciudad. Tesis de grado, Maestría en Comunicación. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2009. 
  • JARAMILLO, Jaime Eduardo. Actores sociales y culturales, para que el sur…oriente. Departamento de Sociología, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, 1997. 
  • Revista Oteando Territorio. Números: 1, 2 y 3. Alcaldía Local de San Cristóbal. Fondo de Desarrollo Local. 
  • TORRES, Alfonso. “Organizaciones populares, identidades colectivas y ciudadanía en Bogotá” Universidad Pedagógica Nacional. 2003, Bogotá.


VARIOS AUTORES




 
San Cristóbal habla "Fucha". Una de las fuentes de consulta para esta Base de Datos.










PRENSA Y REVISTAS




MULTIMEDIA



DIAGNÓSTICOS


  • Diagnóstico social. Recorriendo San Cristóbal. 2004. Alcaldía mayor de Bogotá. Secretaría de Hacienda.  
  • Diagnóstico local de salud con participación social 2010. Hospital de San Cristóbal. 
  • ¡Así se viven los cerros! Experiencias de habitabilidad y sostenibilidad. Alcaldía Mayor de Bogotá. Secretaría de Hábitat. Secretaría distrital de planeación. 2015

Visita nuestra Biblioteca Digital en nuestro canal ISSUU

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Decálogo del buen vecino de la quebrada (La Chiguaza)

El pasado 13 de diciembre se llevó a cabo el I Festival de la Quebrada La Chiguaza en el barrio La Nueva Gloria. Se celebró la vida con música, baile, fotografías y comida. También se llamó la atención sobre la urgencia de proteger nuestros cuerpos de agua. Uno de esos llamados quedó plasmado en el "Decálogo del Buen Vecino de la Quebrada" que, si bien fue diseñado para La Chiguaza, puede extenderse a los demás tejidos de agua de nuestro territorio que claman por protección y cuidado. 


Equipo "Amigos de La Chiguaza". Foto: Andrés Ayala Herrera.


Decálogo 

  1. Por nada del mundo arrojo basura y otros desperdicios a la QUEBRDADA, ya que lo que a mí me sobra no le hace falta a ella. 
  2. Los empaques de papas fritas, los dulces, los chitos, los chicles, etc., los guardaré en el bolsillo y no los arrojaré en el piso porque la lluvia los llevará a la QUEBRADA y la contaminará. 
  3. Haré buen uso de las aguas residuales, no botándolas a la calle, porque de allí van a la QUEBRADA. 
  4. Por lo que más quiero, prometo que al hacerle cambio de aceite al carro o a la moto, no arrojaré el aceite contaminado a la QUEBRADA. 
  5. Como buen vecino de la quebrada, me comprometo a cuidar su nombre, pues es una QUEBRADA y no un caño, ni un basurero.
  6. Prometo solemnemente, plantar arbustos nativos y cuidar a los que ya existen.
  7. Si algún día me convocan a limpiar el lecho de la quebrada, acudiré sin hacerme rogar.
  8. Haré uso racional de sus aguas, prados, árboles y flores.
  9. No dañaré ni permitiré que dañen los senderos peatonales.
  10. Doy de que denunciaré ante las autoridades competentes a quienes infrinjan estos mandamientos y lo estipulado en el artículo 58 del nuevo Código de Convivencia de Bogotá.

Música en el Festival de La Chiguaza. Foto: Andrés Ayala Herrera.



Decálogo compuesto por José Rodríguez Hoyos, de la Asociación Cooperativa Multiactiva Sur Oriental "COOPSUR".  


Pincha en la imagen para ver completo el documento.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Memoria de una urbanización obrera. Villa Javier.

Semblanza del surgimiento de la primera iniciativa urbana de este tipo en la ciudad, creada por el padre José María Campoamor en 1913.
Por: Verónica Téllez Oliveros. 
“Los matrimonios eran una de las ceremonias más lindas de nuestro barrio Villa Javier: los niños del Batallón Infantil hacían calle de honor y acompañaban a la pareja hasta la casa que le entregaba el padre, donde se colgaba la imagen del Sagrado Corazón de Jesús”. Así lo cuenta Luis Carlos Garzón mientras revisa en su casa la colección de fotografías que dan cuenta de los 99 años que ayer cumplió este sector.
San Francisco Javier, hoy Villa Javier, fue la primera urbanización obrera de la ciudad, cuando a principios del siglo XX ésta sólo llegaba dos cuadras más al sur de la iglesia de Las Cruces, tal y como se lee en los archivos de la Alcaldía Local de San Cristóbal. Una localidad que también ostenta el título de haber sido el primer asentamiento residencial periférico de la capital.
Fue el sacerdote español José María Campoamor quien, al notar la desprotección de los obreros de Bogotá, creó el Círculo de Obreros en enero de 1911 y, cuatro meses después, la Caja de Ahorros que serviría de soporte económico para los trabajadores. El proyecto no se quedó en este punto y se consolidó con la creación de 117 viviendas, cuya primera piedra se puso el 7 de septiembre de 1913.
La labor del padre Campoamor no sólo se originó ante la precariedad económica de la ciudad y las condiciones de miseria en las que vivía la clase obrera, sino también por el surgimiento de las ideas comunistas y socialistas entre los trabajadores, que se habían convertido en una preocupación del Colegio de San Bartolomé, encargado de traer al sacerdote al país, según escribió el historiador Fabio Zambrano.
Sin embargo, los obreros que llegaron a vivir allí no eran trabajadores de una gran fábrica industrial, como ocurrió en otros barrios, como La Perseverancia, sino carpinteros, pintores de brocha gorda, sastres, entre otros, anota el arquitecto Rubén Hernández Molina, de la Universidad Nacional, quien nació hace 66 años en una casa de Villa Javier.
“La urbanización era una especie de feudo de la Edad Media”, indica Hernández Molina desde la casa en la que reposan más de 500 fotografías que desde hace nueve años se propuso recolectar para salvaguardar la memoria del barrio. Era una zona encerrada por un muro y rejas tras las cuales los habitantes tenían todo para vivir: granja agrícola, tienda de suministros, estanque de natación, chircal, carbonera y espacios de ocio, como la cancha de fútbol y un teatro al aire libre. Tampoco faltaba la iglesia-capilla.

Desfile del Batallón Infantil en la celebración del cumpleaños 99 de Villa Javier. / Fotos: Andrés Torres

El recuerdo de la capilla y los matrimonios hace que los residentes evoquen la curiosa forma en que se formaban las parejas del barrio. “Si a un obrero le gustaba una de las Marías (obreras), no era sino que le pidiera la mano al padre Campoamor y, después de alistar la casa que el padre les iba a entregar, se realizaba la boda”, dice Hernando Montoya, vicepresidente de la Asociación Mutual de Villa Javier.
Las casas se entregaban en arriendo y eran construidas con el adobe que hacían en el chircal los mismos obreros. Siempre que llegaban familias, la condición era que trabajaran para obtener una vivienda. Pues el lema del padre Campoamor era: “Dios bendiga el honrado trabajo”, cuenta el arquitecto Hernández.
Después de 99 años, muchas cosas han cambiado en esa primera urbanización, tipo conjunto cerrado. Todo empezó a transformarse en 1946, con la muerte del padre Campoamor. Los habitantes perdieron a su líder y sintieron que se habían quedado sin protección, al decir del arquitecto y del señor Montoya. Entonces llegó un sucesor que empezó a vender las casas y se perdió el conjunto en el que habían vivido por más de 30 años.
Muchos de los primeros habitantes se fueron cuando sus hijos crecieron y se hicieron profesionales. Así se ha perdido el sentido de pertenencia por la zona. La tristeza de ver la partida de la gente y la manera en la que ha desaparecido la memoria del barrio motivaron la investigación y recopilación de datos históricos por parte de Hernández. El resultado fue el trabajo La fotografía como instrumento de reconstrucción de la historia del barrio Villa Javier, que hace dos semanas ganó el primer concurso de historias locales organizado por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural.

Tomado de: El Espectador, 7 de septiembre de 2012.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Creación de personajes desde las Artes Visuales.

El 28 de noviembre, en la clase de Artes Visuales, que adelanta el formador Jhon Andrés Lara Rincón, se propuso el ejercicio de diseño de carácteres de personajes. ¿Cómo se construye un malo y un bueno? ¿Cuáles son los rasgos que definen la representación de la maldad o de la bondad en el cine, la televisión o la ilustración? La actividad fue realizada en el colegio Los Alpes, sede Bellavista. A continuación algunos de los trabajos realizados en conjunto con los estudiantes.


Creación de personajes en Artes Visuales.

Malos y buenos.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Los pasos de los obreros. Más historia(s) sobre Villa Javier.

Seguimos reproduciendo artículos de relevancia histórica para nuestra localidad. En esta ocasión continuamos con las celebraciones que se llevaron a cabo en las efemérides de uno de nuestros barrios emblemáticos: Villa Javier. 

Por: Verónica Téllez Oliveros

La celebración del barrio, creado por el padre José María Campoamor el 7 de septiembre de 1913, se hará con una ruta cultural desde el centro de la ciudad.
No quisieron hacer una fiesta con bombos, platillos y grupo de carranga, porque tan sólo la presentación del grupo le costaba unos $30 millones a la Alcaldía de la localidad de San Cristóbal. Por eso los habitantes de Villa Javier prefirieron celebrar a su estilo, con una ruta cultural para conmemorar los 100 años de su barrio.
“No quisimos hacer una gran rumba con tarima y sonido, gastando un montón de dinero en algo que se acaba en una o dos horas”, dice Rubén Hernández, arquitecto y habitante de Villa Javier que ha documentado la historia de la que fue la primera urbanización obrera de Bogotá. Quizá lo hicieron porque pervive en ellos el legado del hombre que fundó el barrio el 7 de septiembre de 2013, el padre José María Campoamor.
El religioso llegó a Bogotá en 1911 por pedido del Colegio de San Bartolomé en el centro de la ciudad. Campoamor tenía un espíritu misionero, heredado de las ideas del jesuita san Francisco Javier. Con seguridad no encontró mejor lugar para desarrollar su obra que una zona de la ciudad invadida por epidemias de tifo y obreros y niños que vivían en condiciones precarias.
Campoamor quiso menguar la desprotección de esta población y consolidar lo que él llamaba “la redención moral, económica e intelectual de la clase obrera”. Entonces lo primero que hizo fue crear el Círculo de Obreros en enero de 1911 y, cuatro meses después, la Caja de Ahorros, para el soporte económico de los trabajadores.
Hoy los habitantes de Villa Javier realizarán una ruta cultural para recorrer los pasos que cada día daban los obreros bajo la guía del padre Campoamor desde el centro hasta el barrio, extendido hasta la calle 9ª sur. La idea fue de Hernández y la comunidad del barrio. Algo para recuperar la memoria en cada uno de esos puntos elegidos.
La primera parada será en el Colegio San Bartolomé, en la carrera 6ª con calle 10ª, epicentro de las ideas del religioso, que entre otras cosas vino a pedido de la institución educativa no sólo como parte de una labor misionera sino ante la preocupación por las ideas comunistas que empezaban a tener los obreros, como señala el historiador Fabio Zambrano.
A los obreros, Campoamor les repetía que tenían que ahorrar para progresar, haciendo eco de su famosa frase de la redención de la clase obrera. Por este recuerdo, la segunda parada de la ruta será en la primera sede de la Caja de Ahorros, donde los fundadores de Villa Javier unieron sus recursos para forjar el barrio y construir cada uno de los elementos que tendría: granja agrícola, tienda de suministros, estanque de natación, chircal, carbonera y espacios de ocio, como la cancha de fútbol, un teatro al aire libre y, por supuesto, la iglesia.
El primer registro fotográfico de los obreros (no de las grandes industrias, sino artesanos, albañiles, pintores, tipógrafos) junto al padre, el cuadro de san Francisco Javier y dos benefactores del Círculo de Obreros, se hizo en la calle 9ª con carrera 6ª. Este es el punto de la tercera parada.
El recorrido sigue por el Archivo General de la Nación, donde reposan las escrituras de las 117 casas que construyeron los obreros, creadas para vivir sólo con dos hijos. La adquisición del terreno donde se construyó el barrio se llevó a cabo el 21 de junio de 1913 y tuvo un costo de $8.000, fueron pagados de contado, como señalan los datos de la Fundación Social, que se derivó de la Caja de Ahorros creada inicialmente por Campoamor.
Después de pasar por el Archivo, los ciudadanos y habitantes de Villa Javier pasarán por la imprenta, donde la comunidad imprimía su periódico y las oraciones a san Francisco. Luego continuarán hacia el Archivo de Bogotá. Allí se guardarán los documentos que dan cuenta de la historia del barrio, en una urna que se abrirá en el próximo centenario.

Siguiendo los pasos de los obreros.

Otros de los lugares que recordarán son el coso municipal, del cual no se sabe a ciencia cierta la razón de su nombre, pero que acogió a perros, caballos y burros que los obreros encontraban enfermos en las calles de la capital para que no transmitieran sus enfermedades.
Tras pasar por el aserrío y el asilo de locas, finalmente la ruta llegará a la puerta de entrada de Villa Javier. Allí se presentará la reja original, reconstruida por un ornamentador del barrio, y se recordará la inauguración del barrio cortando una cinta.
En 1913 este fue el símbolo del nacimiento de un sector que empezaba a sonreír “de la mano de Dios”. Las normas dictadas por Campoamor incluían la asistencia a la eucaristía y llegar antes de la noche, porque luego se cerraba la reja y todo quedaba reducido a la especie de feudo que fue Villa Javier, ya que en el interior sus residentes tenían todo para abastecerse y descansar. Entonces la costumbre era bañarse cada ocho días, en parte por el frío de la ciudad y también porque no había acueducto.
La dinámica del barrio cercado por muros que era Villa Javier se transformó a partir de la década de los 40. El 18 de noviembre de 1944 se presentó por primera vez una estrategia de venta para las casas, pues antes todas eran arrendadas. La venta definitiva tanto de las casas nuevas como antiguas se autorizó en el acta del 5 de febrero de 1951. A partir de entonces se desarrolló de acuerdo a las dinámicas de la ciudad con nuevos proyectos habitacionales.
Hernández y otros vecinos han pedido que el barrio sea considerado patrimonio intangible de Bogotá. Pero la respuesta de los entes encargados, según dice el arquitecto, es que está desdibujado y ha cambiado sustancialmente. Sin embargo, hoy harán la lectura de su propio manifiesto de patrimonio e inaugurarán un obelisco como símbolo de su resistencia, en la celebración de su primer centenario junto a la Alcaldía Local y con el apoyo de la Fundación Social.

Tomado de: El Espectador, 6 de septiembre de 2013. 

miércoles, 9 de diciembre de 2015

¿Qué es el Patrimonio de San Cristóbal?


Patrimonio: “Montaña que cuida la tierra”.
Evelyn Valeria. 6 años.
Estudiante de la Escuela de Formación en Arte, Cultura y Patrimonio.


Desde nuestra escuela se concibió una bitácora que redundara en la reflexión permanente. Esto con el fin de incentivar en el área de Patrimonio y Gestión Cultural un enfoque investigativo. Un asunto que no es menor, si se tiene en cuenta que nuestro sistema educativo tiende a ver en los formadores unos sujetos que deben ser pasivos y obedientes. La investigación supone alentar la autonomía, la reflexión y la conciencia crítica sobre nuestro quehacer.

En este orden de ideas, desde el área de Patrimonio y Gestión Cultural se decidió darle cuerpo a la investigación partiendo de preguntas que reflexionaran sobre el concepto de patrimonio en general y, el patrimonio de la localidad de San Cristóbal en particular. Las preguntas en cuestión fueron:

¿Qué es el patrimonio local?
¿Qué puedo hacer, desde mi posición como habitante de esta localidad, por preservar, cuidar y dar a conocer lo que entiendo por patrimonio local?
¿Cuáles son los elementos que constituyen el patrimonio de la localidad de San Cristóbal?


De alguna manera, las dos últimas preguntas se desprenden de la primera. Pero, vale aclarar, en este ejercicio no se buscaba darle una respuesta acabada a estos interrogantes, sino reflexionar sobre estas preguntas y, así, lograr un acercamiento conceptual a lo que nosotros entendemos como patrimonio local. 

Para empezar con estas reflexiones, y que estas tuvieran un alcance mayor, se pensó que una excelente opción sería una plataforma virtual. Y de ese modo se consideró gestionar este blog. 

En este blog se ha subido, entre otras cosas, material pertinente para abordar las preguntas de investigación. De esa manera, cuando un usuario visita el blog puede encontrar: artículos, revistas digitalizadas, reflexiones teóricas y archivos audiovisuales; todos, en estrecha relación con lo que se entiende por patrimonio. Ver, por ejemplo: http://efarte.blogspot.com.co/2015/11/la-victoria-de-las-balineras_9.html

De otra parte se divulgaban eventos, organizaciones y acciones que tuvieran relevancia para nuestra identidad territorial y, por lo mismo, alguna relación con el concepto de patrimonio local. Ver, por ejemplo: http://efarte.blogspot.com.co/2015/10/las-fiestas-de-nuestro-sol-el-carnaval.html

Las acciones divulgativas tienen como función generar un acopio de información que, a la postre, redundaría en la reflexión de las preguntas orientadoras de la investigación. A medida que se fue acopiando el material y difundiéndolo, se pudo concretar algunas ideas que pueden tomarse como una suerte de respuestas a las preguntas que previamente se había formulado. Ver: http://efarte.blogspot.com.co/2015/09/el-barrio-villa-javier-en-nuestra.html

*

Ladrilleras de San Cristóbal en tiempos de antaño. Archivo: Luis Gaitán.


Si bien, se pueden aventurar algunas respuestas, es mejor llamarlas reflexiones, pues sucede que suelen generarse más preguntas que respuestas con este tipo de ejercicios. Para enfatizar en este punto, se reproduce uno de los textos difundidos por el blog de nuestra escuela y que constituye uno de los acercamientos a las preguntas orientadoras:

Definir con precisión qué es eso de "Patrimonio" es un asunto complicado que, no obstante, vale la pena intentar. Y es complicado porque la noción de patrimonio siempre ha estado sujeta a lo que entendemos por cultura y, como sabemos, dicha palabra depende del contexto social e histórico de cada comunidad humana. Como los conceptos de patrimonio y cultura son relativos, estos mismos se tornan algo gaseosos y abstractos. De ahí que se hayan dado unos criterios universales para acercarnos a una mejor comprensión de tales palabras. Para nuestro caso, es la UNESCO la que se ha encargado de dar los parámetros básicos del significado de Patrimonio Cultural

Se entiende por patrimonio cultural inmaterial los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, reconozcan como parte integral de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana.

El patrimonio nos ayuda a comprender, entonces, quiénes somos, de dónde venimos, y a reflexionar sobre cómo queremos ser. Y si nos adentramos en esta aproximación, descubriremos que el patrimonio pasa por todo aquello que nos pertenece, lo que hemos heredado y lo que está profundamente arraigado a nuestra vida. Además, si seguimos escavando, nos daremos cuenta que patrimonio también es aquello que nos integra y fortalece como grupo, nos permite recordar la historia y adaptar la cultura a los nuevos tiempos y, a la vez, nos impulsa a un desarrollo propio, es decir, no impuesto ni copiado. Le da significado a lo que hacemos, y nos otorga valores identitarios que permite distinguirnos de otros, pero al mismo tiempo, aprender de la diferencia. 

Lo importante, entonces, es entender que el Patrimonio no es algo fijo, sino que es algo vivo, algo que está en constante movimiento y en constante construcción. 

Estos conceptos no son estáticos y dependen, como ya se sugirió, del contexto regional o local y, por lo mismo, permiten cierta flexibilidad en su tratamiento. De ahí que en nuestra escuela EFARTE le hayamos apostado, no tanto a definir, sino a comprender mejor qué significa esa palabra para nuestro territorio, para nuestra localidad. Ver: http://efarte.blogspot.com.co/2015/09/patrimonio-local-en-san-cristobal.html


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Un punto importante que se conecta con esa reflexión general es la inquietud sobre el conflicto como generador de patrimonio. Suele comprenderse lo patrimonial como lo culturalmente ejemplar o, quizá, lo estéticamente admirable. Sin embargo, gracias a algunas referencias teóricas (http://efarte.blogspot.com.co/2015/10/apuntes-sobre-antropologia-patrimonio-y.html) podemos acercarnos a nociones que, de alguna manera, discrepan o son alternativas a las visiones convencionales sobre lo que es patrimonio y cultura. Entre esas se encuentran las que consideran el conflicto social como un elemento constitutivo de identidad, de creatividad y, en consecuencia, de patrimonio. Se toma el hecho de que las luchas, las movilizaciones, las exigencias políticas, la cultura contestataria y algunas otras formas de conflictuar entre dos o varios grupos humanos, es también una forma de construir patrimonio. Este punto es clave porque ofrece nuevas maneras de acercarse a la noción de patrimonio, y de cómo estas aplican a nuestra localidad. Ver: http://efarte.blogspot.com.co/2015/10/patrimonio-en-nuestra-localidad-con.html

Si es posible arriesgarse a dar una suerte de conclusión o de respuesta, se podría decir que el patrimonio en general, y en particular para nuestra localidad, es vivo y no tiene que ser necesariamente único, antiguo, estético, o permanecer para siempre. Algo que se desprende es que si no hay un vínculo no hay patrimonio, y para que ese vínculo se dé, debe existir un enlace entre el pasado, el presente y el futuro; es decir, un enlace entre lo que fuimos, lo que somos y lo que queremos ser [1].

Estos vínculos están marcados por muchas cosas, por ejemplo, los afectos, la convivencia cotidiana, la vecindad, la apropiación, potencia y arraigo del lugar; la formación de organizaciones locales, la conciencia ambiental y el reconocimiento a los derechos de la naturaleza; la memoria, la identificación, la evocación infantil, familiar, los juegos…

Paralelo a estas reflexiones finales surgen preguntas que, de algún modo, también son conclusiones importantes para el investigador:

  • ¿Quién decide qué es el patrimonio: el Estado, la gente, la iglesia, el mercado?
  • Si el conflicto también constituye patrimonio, ¿quién decide los conflictos?
  • Si muchas cosas constituyen patrimonio ¿no estaríamos en riesgo de caer en el relativismo, donde “todo” es patrimonio?
  • ¿Debe el patrimonio durar para siempre?


Escrito por: Fabio Enrique Ramirez. Formador en el área de Patrimonio y Gestión Cultural. 





[1] Gabriel Pardo García Peña. ÁRBOLES CIUDADANOS EN LA MEMORIA Y EN EL PAISAJE CULTURAL DE BOGOTÁ. Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, p, 16. Bogotá, 2010.