jueves, 26 de mayo de 2016

EFARTE. Tejedores de libertad.

Del corto documental: "EFARTE, Tejedores de libertad". 

Hoy voy a contarte un pequeño retazo de una gran historia, la historia de una parte de lo que soy; una historia que le dio color y sabor a este universo vertiginoso en el que vivo, una historia de esta vida que es real y que muchas veces duele, pero que me demostró que más allá de las penas, siempre hay una hermosa posibilidad de transformar el mundo con la energía de las pasiones.

Esa posibilidad vital con la que todos nacimos y que nos acerca un paso más a la libertad, se llama arte. Pues sí, esta es la historia de una escuela de arte, pero no es una escuela cualquiera, donde vas a que un maestro te llene de técnicas y saberes para que aprendas un oficio y ya, no, esta es una escuela humana, en la que vas a compartir un poco de lo que eres con la energía vital de muchos otros, y así, con las historias de todos, tejer un gran universo creativo y vivo que lleva a reconocerte en los demás. Mmm, cómo te dijera, es como un espejo en el que cuando te miras se refleja no sólo tu historia, sino todas las historias de muchos convertidas en una gran obra de arte. Es una escuela en la que puedes construir un tejido de libertad que se llama: comunidad. Así es que hoy te voy a contar la historia de una escuela de arte en la que he podido aportar un poco de mí, para hacer más entre todos. Un lugar que me ha permitido crear y recrear mi mundo, a través de los sentidos. Hoy te voy a contar la historia de EFARTE, la Escuela de Formación artística de San Cristóbal. 


Artes Plásticas.

Y bien, ya vas sabiendo de qué se trata EFARTE. Una escuela que se va construyendo cada día entre todos y para todos, pero...¿quiénes somos todos? Somos la comunidad de San Cristóbal. Una localidad que habita entre las montañas bogotanas. Para que puedas hacerte una idea de la geografía de este territorio, San Cristóbal es una escalera al cielo, todos los días suben y bajan cientos de miles de sueños e historias que se entrecruzan entre enredados ríos y laberintos urbanos. Historias de todas las edades, todos los colores, olores y sabores. Algunas de tierras lejanas...ahhhh...la tierrita...un amigo suele decir, que en San Cristóbal, algunas calles son tan empinadas que no han sido pavimentadas sino empañetadas. 

Igual que en el territorio, acá la vida tiene tantas subidas como bajadas. Hay días que no son fáciles, eso es innegable. Pero acá estamos acostumbrados a que si bajas, tienes que volver a subir. Y, bueno, EFARTE se ha convertido en una excusa para levantarnos cada día a buscar una pared para pintar, una canción para cantar, un ritmo para danzar, un personaje para interpretar, una foto para capturar o, así como esta, una historia más para contar...


Literatura.
Parces, cuchos, pelaos, profes, socios, abuelos, nietos, hijos, madres, padres, compadres, comadres y hasta el perro...todos en el mismo espacio y con la mismas ganas de compartir un ratico de vida en este sueño de arte, que el viento trajo a la montaña multicolor. Acá una abuela danza junto a su nieta mientras el nieto toca la guitarra y la otra abuela toma fotografías a la comadre. Mejor dicho, todo esto acompañado del perro batiendo el rabo. Para gozarse la EFARTE no hay límite ni para delante ni para atrás. Acá la única norma para ser recibido es tener vida y ganas de ponerle una pizca de magia a la cosa...


Danzas.

Cuál es la gracia del arte, entonces, dirán algunos. Pues el motor que le da vida al arte son las ganas de sentirnos un poquito más libres; de poner a funcionar los sentidos para contar, cantar, danzar, pintar, capturar, tocar y hasta dramatizar un fragmento de ese gran universo diverso que habitamos. Es la oportunidad de recordar que todos somos espíritus creativos y danzantes, que podemos convertir nuestro mundo cercano, nuestra vida cotidiana, en una obra de arte. Al final todos somos personajes de nuestra propia obra, o de la obra de otros. Y esa es la razón de ser de EFARTE: movilizar toda la energía vital de una comunidad en torno a una gran red de sentimientos y emociones que permite expresar a través de los sentidos, la esencia de la vida misma. Pensándolo bien, ahora creo que EFARTE es más que una escuela. Es una red de pasiones que se teje, en un lugar que habita en el corazón de una comunidad que se llama San Cristóbal. 


Artes Plásticas.
Y bueno, como en las grandes obras, por hoy se cierra el telón, pero esta obra debe continuar, porque la vida no para; el tiempo y sus historias no se detienen nunca. Así es que hoy te vine a contar la historia de una escuela de arte que solamente puede existir si todos los que hacemos parte de ella, la inventamos y la reinventamos todos los días. Estudiantes, docentes, monitores, toda una comunidad que día a día estamos pensándonos en una mejor escuela para compartir esa magia que nos hace más humanos; esa magia llena de libertad, esa magia que se llama arte. 


Juegos tradicionales.



Documental "EFARTE, Tejedores de Libertad".


lunes, 16 de mayo de 2016

Encontré mi cuerpo, y cuando volteé a mirar, encontré un paisaje...Por: Magdalena Mendoza.

El pasado nueve de abril se celebró el Foro Interlocal de nuestra escuela. La temática que lo convocó giró alrdedor del cuerpo y la relación de este con nuestro territorio y nuestro patrimonio. Pero también quisimos que, aparte del evento en sí, le diéramos paso a un ejercicio reflexivo e investigativo. Por eso, contamos con la participación de unos relatores que nos dejaron sus impresiones. Relatores que, aunque ajenos a la escuela, habitan la localidad y luchan por ella. Y para ti ¿qué es el cuerpo? 


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Encontré mi cuerpo, y cuando volteé a mirar, encontré un paisaje urbano y rústico. Un paisaje fondeado por los Cerros Orientales, como cuerpos durmientes de un sueño milenario. 

Me parece pertinente abrir este texto explicando que fui invitada a formar parte de este ejercicio como observadora, y que para la construcción de este relato, me apoyaré en la vivencia e impresiones que logré capturar en los diferentes momentos. Para ello, evidenciaré la subjetividad del ser participante, pero también la objetividad del que observa a los otros en su relación con la experiencia y con sus propios cuerpos. 

A continuación daré cuenta de cuatro prácticas artísticas: 1) desde la fotografía: nosotros mismos; 2) desde las escénicas: match de improvisación; 3) desde la literatura: caja de espejos; 4) desde las pláticas: paisaje sonoro

Lentamente recorrí los diferentes escenarios que se preparaban para poner en marcha el encuentro con los sentidos, con el propio cuerpo y con el de los demás; adaptándome así a sus procesos, ritmos y cambios. 

Domo de San Cristóbal. Lugar donde se desarrolló el II Foro Interlocal de EFARTE.
Abril de 2016.

En la primera experiencia llamada "Nosotros mismos", había un grupo de personas atentas. Allí se planteaba una pregunta muy filosófica: ¿Quién soy yo? Para dar respuesta a esta cuestión, el formador mostraba cómo los objetos nos identifican, es decir, que estos terminan haciendo parte constitutiva de nosotros: de nuestros gustos, nuestros deseos, nuestras posturas, nuestras condiciones de vida...y en este sentido, nos demostraba que los objetos pueden decir tanto de nosotros como nuestras propias palabras. 

Por ejemplo, sobresalió la "Máquina de coser", como uno de esos objetos que caracterizó y marcó no sólo a individuos sino a generaciones enteras; de modo que este objeto sirvió como una especie de detonante de la memoria personal y colectiva. El cuerpo no existe aislado, sino que se acompaña de los objetos con los que está en constante interacción y, esta interacción, nos permite volver a encontrarnos con nuestro ser histórico en diferentes estados, gestos, espacios y tiempos. Quizá, el hecho de encontrarnos con objetos de antaño, nos pueda sonrojar e inquietar porque nos evoca creencias y sentires que pensábamos ya olvidados.



Georgina Gómez de Velásquez.
II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016.
Junto a los objetos también encontré fotografías y retratos que representaban a un yo que lentamente se iba como el agua entre las manos. Desde esa experiencia es que cobraba vigencia la pregunta: ¿el retrato o fotografía permite reconocer quién soy yo? Tal vez la respuesta pasa por una reflexión: los retratos que nos toman (por ejemplo, para documentos de identificación) no capturan necesariamente lo que somos. Es decir, muchas veces los retratos, aunque nos reflejan, generan un desconocimiento propio y una falta de identidad. En este sentido, el mejor retrato será aquel que conserve no solo la imagen del cuerpo, sino todo aquello que lo acompaña y le identifica. 

Para complementar el ejercicio, el grupo fue dividido en dos: el primero, personas dispuestas a dejarse fotografiar, y el segundo, los que tomarían las fotografías. Los primeros debían escoger un objeto que les gustara e identificara, mientras que las personas del segundo grupo exploraban las cámaras y sus funciones. 

Un participante que me llamó la atención fue el señor Antonio, a quien fotografiaron de primeras. Para su retrato se escogió una rana, un objeto que le recordaba sus raíces campesinas. Lo que evidenció, una vez más, que los objetos guardan una relación estrecha con lo que fuimos, somos y seremos y, por lo tanto, con el recuerdo de momentos, lugares y personas. 

Don Antonio Alejandro Espinosa
II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016

A partir de la fotografía, como ejercicio pedagógico, pude reconocer cómo el retrato, por un lado, tiene la capacidad de conservar la memoria de un momento específico de la vida de una persona; por otro, que los retratos que conocemos de nosotros mismos no necesariamente nos representan, ya que no nos permiten ser y aparecer con los objetos que nos conectan con la infancia, la juventud, la adultez, la vejez y el territorio. Por último, comprendí la importancia que tiene preparar un retrato, su complejidad y la técnica que implica su elaboración. 

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El territorio recorre mi cuerpo y mi alma,  mi cuerpo y mi alma recorren el territorio...

La segunda experiencia comienza con la narración de una historia que retrataba, de manera muy fiel, la época de los colectivos y sus pregoneros. El personaje principal era, por supuesto, un pregonero, el cual realizaba descripciones muy precisas en cuanto al vocabulario que usaban entre ellos para conseguir todo el cupo del colectivo, el costo del pasaje, las condiciones del clima, las características del territorio y sus habitantes. Recordé que esto lo hacían desde las partes altas de nuestra localidad hasta el centro y viceversa. Es de resaltar que la lectura realizada por el formador propiciaba recuerdos y una clara sensación de nostalgia sobre un pasada que, en mi caso, viví durante la niñez.  

Al observar un dibujo de la silueta humana, que en la parte superior de la carpa formula la pregunta: ¿Qué es el cuerpo?, se genera una conversación en torno a la relación existente entre el cuerpo, el otro y el territorio actual (San Cristóbal). Los planteamientos se entrelazan con la fragmentación que ha sufrido el cuerpo y el territorio por la violencia, la guerra y el desplazamiento. De manera que queda la reflexión de cómo en nuestro cuerpo se reproducen las violencias de nuestro territorio, nuestros barrios y nuestro país. Tanto el cuerpo, como el territorio forman parte de la historia, y la historia nos permite reconocernos como parte de una tierra, de un ambiente y de unas condiciones que nos han atravesado, más allá de los límites de nuestra piel. 

Carpa de artes escénicas. II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016

Pronto nos acercamos a unas cajas que contienen vestuarios, máscaras, antifaces y otros objetos que incitan a convertirnos en otros. Con esta actividad sentimos la angustia de representar tres situaciones: el despojo de la tierra, el reclutamiento forzado y la inseguridad. Momentos que ha vivido, y sigue viviendo, nuestro territorio y que cobran vida en nuestros cuerpos. 

Con las diferentes escenas se manifestó la cercanía entre el territorio y el cuerpo como unidad. De manera que los sucesos que están mediados por la violencia, la guerra y el poder atraviesan tanto al cuerpo como al territorio. 

Para cerrar este apartado me remitiré a una pregunta que les realicé a dos participantes: 

¿Qué significado tiene el cuerpo para usted?

Es como sentir—, me responde la entrevistada, que se llamaba Carolina Rojas.

El cuerpo abarca la existencia y el entorno...el cuerpo es fundamental acompaña la respuesta, un joven llamado Germán Bermúdez. 


*

Cuando me contaste tu recuerdo, quise ser esa niña que iba con su abuela a recoger café...

En la experiencia "Caja de espejos" se nos invitó a recrear la memoria como instrumento de socialización intergeneracional y, como tal, una forma de enriquecer el ejercicio de reconstrucción de saberes y experiencias. 

La actividad entró en marcha y allí encontramos los recuerdos narrados por voces de diferente color, tono y textura. Los recuerdos nos transportaron a un olor o sabor característico que se relacionaba con nuestras abuelas. Lo sensible trasciende el cuerpo y rebasa los sentidos; fue, entonces, como retornar al huevo o sentirse cerca de un ser amado. 

Haciendo uso de la representación gráfica pudimos capturar una secuencia de imágenes que relataban los recuerdos que nos remitían al campo, a sus costumbres y a los quehaceres tradicionales: levantarse temprano, cargar agua desde el pozo hasta la casa, poner un fogón en piedras, y allí, preparar el desayuno con arepas y plátano. Y, claro, también ordeñar las vacas para luego ir a recolectar café. En ojos marcados por la experiencia y el paso del tiempo, se podían observar la carga de significados que las personas les atribuían a sus vivencias. Más, si estos tenían que ver con seres que nos enseñaron, castigaron, vistieron y alimentaron. O, dicho de otra manera, que nos marcaron para siempre. 


Actividad literatura. II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016
Compartimos un momento especial cargado de ayeres imborrables a los que, necesariamente, retornamos de vez en cuando para reafirmar lo que somos y de donde venimos. Este ejercicio reconstruyó momentos escondidos de la memoria en los cuales mi historia de vida se vio reflejada, como una hija más de esta tierra. 


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Cerré los ojos y me encontré en un devenir de imágenes y sensaciones que componían el paisaje de mi vida... 

Me adentré por un momento en la oscuridad y lentamente el pensamiento componía y descomponía imágenes, lugares y sensaciones motivadas por una atmósfera que me guiaba y transportaba sin límites, a tiempos y espacios que formaban un paisaje sonoro. El espacio oscuro me permitió el encuentro con mi propio cuerpo y con el de los demás. 

En ese encuentro con los demás volvimos a la realidad, y allí las pinturas fosforescentes y los pinceles nos esperaban para que diseñáramos una pintura; pintura motivada por los sonidos, los sentidos y las emociones del momento. A partir del sonido se altera el cuerpo y se recrea el recuerdo del territorio, de las aves, del agua y de las personas que conformamos el paisaje. 


Actividad de Artes Plásticas.
II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016
Al salir de esta dimensión, algunas personas expresaron sus sensaciones, como el temor; otros se acordaron de algún momento en especial o de un lugar del barrio y la localidad. El formador plantea, entonces, la pregunta: ¿cuáles son los imaginarios corporales que construimos en el territorio? Pregunta ante la cual pienso: el consumo es uno de los imaginarios que más nos afecta y que también afecta al territorio, debido a que el imaginario ejerce una fuerza sobre el cuerpo y a su vez, el cuerpo ejerce una acción directa en los entornos. 


Luego de nutrirme de todas estas experiencias, noto que todo el público se arremolina en el centro del domo, y allí, me acerco para seguirme sorprendiendo de nuevas cosas...

*

Para cerrar, debo agradecer la oportunidad de vivenciar y aprender sobre otras concepciones del cuerpo, a partir del acto pedagógico-artístico y crítico. Y asimismo, cómo esto se relaciona con el patrimonio cultural que posee nuestra localidad. 

Gracias por alentar un espacio para el encuentro y la participación de todos los habitantes del territorio, ya que finalmente, para poder generar transformaciones, debemos descolonizar el pensamiento y el cuerpo. Y, creo yo, eso se logra a partir del reconocer las historias, las memorias e imaginarios como entidades vivas capaces de construir o destruir. De nosotros dependerá hacia dónde guiaremos, o permitiremos que guíen, a nuestro territorio. 

Por: Magdalena Mendoza Lozano. Abril de 2016.

martes, 10 de mayo de 2016

Reseña histórica de La Cultura se toma San Cristóbal

Muchos años atrás, antes de que la cultura se tomara San Cristóbal, la única posibilidad que existía para los jóvenes y niños, ahora viejos, era ir a nadar a los tanques de Vitelma. Los tanques son evocados por el recuerdo como algo grandioso y grandísimo, un mar acorralado en cuatro muros de ladrillo, pero que la realidad convirtió en unos pequeños tanques, ahora sin acceso. De tarde en tarde varios grupos de niños trepaban por la loma que circundaba a "Tubos Moore", se cruzaban cercas en las cuales se encontraba enredada la lana de las ovejas y subían hasta llegar a las lagunas de aguas turbias. En estas aguas turbias flotaban objetos y bolsas plásticas que servían de islas de verano para que los sapos tomaran el sol. Mucho tiempo después, la Cultura se tomó San Cristóbal. 

El evento la Cultura se toma San Cristóbal hace parte viva de una historia enraizada en barrios como Vitelma, San Blas, San Isidro, Ramajal, Gran Colombia, Corinto, entre otros barrios, que en muchos de los casos, han visto crecer a toda esta generación de trabajadores de la cultura. Al respecto comenta Regina Buitrago:

La Cultura se toma San Cristóbal. Barrio La Gran Colombia, Abril de 2016


El evento comienza en el año 2001 por iniciativa de algunos de los gestores culturales y actores sociales de los barrios San Cristóbal Sur, Las Mercedes, San Cristóbal Alto, San Cristóbal Bajo, San Blas, San Pedro, La Sagrada Familia, Triángulo, Aguas Claras, Buenos Aires, Vitelma, Laureles, La Cecilia, Manantial, Ramajal y otros. El evento fue iniciativa de todos los gestores, en parte por una invitación que nos hizo el alcalde que acababa de posesionarse. Así empezamos a llamar a personas que realizaban, o no, trabajo cultural, con muy buena respuesta de grupos y colegios. Entre las organizaciones estaban Vitelma Viva y FUNDARTE, Voces Nuestras, Grupo de Danzas Reminiscencias, Teatro Acto Capital, y los colegios Integral Avancemos, Fátima, Manuelita Sánez, Rafael Núñez, entre otros. El evento se realizó el 25 de diciembre, con la gran sorpresa de que hubo una cobertura y una asistencia buenísima. 

El proyecto se venía gestando con la Red de Eventos, y fue formulado y trabajado por algunos gestores, como Honorio Pardo, José del Carmen Gil y Simeón Pardo; personas que han estado vinculados al ámbito comunitario local desde hace varios años y que, por lo mismo, fueron claves para llevar a feliz término el evento del año 2001. 

El evento fue formulado con la idea de fortalecer los procesos culturales y organizativos de la localidad. En primera instancia, el evento se realizó en el campo deportivo del Maracaná, así lo definimos e inscribimos la Corporación Prodesarrollo Comunitario Sol y Luna y la Fundación Teatral Escena Iscazinga. Con estas entidades veníamos trabajando desde hace muchos años, tratando de sacar adelante este sueño de hacer un gran evento. En principio se pensaba que el evento durara una semana, pero finalmente se hizo de tres días.

Sentido

Ante todo, este evento es el resultado del bagaje cultural que hay en la zona y, en consecuencia, es la respuesta a todo un trabajo que se ha consolidado en barrios como Buenos Aires, Vitelma, Gran Colombia, Triángulo y Aguas Claras. De tal modo, que se puede afirmar que el principal objetivo de este evento ha consistido en fortalecer el trabajo artístico y cultural, creando un espacio en el cual se realice anualmente una serie de muestras de todos los productos culturales de las organizaciones. 



Barrio La Gran Colombia. Abril de 2016.
Trayectoria y problemas 

Regina Buitrago busca incesantemente dar continuidad a sus pasos que se pierden en medio de las calles empinadas de la localidad. De ella se desprende una voz a caudales, un susurro invisible que cobra más vida cada vez que ésta se estremece con un canto. Tonada que no solo arrulla y enmudece sino que además narra desenfrenadamente y da razón de un proceso que para ella se ha vuelto una búsqueda. Regina continúa relatándonos la trayectoria del evento:

En el primer año, el evento se realizó en el campo deportivo de Las Mercedes, lo cual favoreció que la Embajada Coreana pusiera los ojos en la localidad. Así se hizo el evento con la participación de muchas organizaciones, artistas y colegios del sector. El primer día fue el desfile de comparsas, grupos de teatro, música, danzas porras, en fin, mucha gente. Tantas personas eran que, calculo, la asistencia estuvo cerca de las 1500 personas. Esto nos demostraba que la localidad tiene un potencial grandísimo y, por lo tanto, la labor artística se debe reconocer; especialmente para los niños es importante un escenario cultural que les dé a conocer sus potencialidades. Un caso diciente es el de Juanito Bosque, una orquesta que viene trabajando desde hace muchos años y que, poco a poco, han logrado acopiar instrumentos y, hoy en día, ya son reconocidos en el ámbito local. Incluso, ganaron el primer puesto en un concurso de música local en la categoría infantil. 


Barrio La Gran Colombia. Abril de 2016.
Claro, también se han presentado problemas, y uno de ellos ha sido la comunicación. A pesar de que se convoca, se invita, se toma el trabajo de hacer un llamado previo, sigue siendo muy difícil la comunicación. Y eso termina afectando, también, la concertación de fechas y horarios con las personas y grupos artísticos. 

Igualmente el tema del presupuesto es algo que siempre nos va a limitar. Los recursos que quedan para el futuro son muy pocos y muy inestables. La gente ajena a los festivales desconoce toda la preparación que ellos implican: la logística, los refrigerios que hay que darle a las personas, los pagos a los grupos, etc. La cultura cuesta mucho, y más cuando las personas participantes se han formado, y eso muchas veces la gente lo suele pasar por alto. Por ejemplo, pagarle al coordinador del evento supone pagarle a un equipo de más de 30 personas y, eso, repito, implica casi siempre un desfase presupuestal.

Para la versión del año 2016, que se realizó en el barrio La Gran Colombia, muchas de estas apreciaciones de Regina se hicieron evidentes. No obstante, el festival salió avante, a pesar de las dificultades. Se incluyeron, además de las presentaciones artísticas, una serie de reflexiones y conversatorios alrededor de la problemática ambiental de la localidad, así como la importancia del Patrimonio Cultural de nuestro territorio.

Independientemente de cuál sea el futuro cercano, sabemos y sentimos los que habitamos este pedazo de montaña, que la cultura se seguirá tomando a San Cristóbal.  

Con información de: Recuperación histórica de los eventos culturales de la localidad de San Cristóbal. Alcaldía Local de San Cristóbal. Bogotá, 2003.

sábado, 7 de mayo de 2016

Cuerpo, arte y territorio. Por: Andrés Ayala Herrera.



El pasado nueve de abril se celebró el Foro Interlocal de nuestra escuela. La temática que lo convocó giró alrdedor del cuerpo y la relación de este con nuestro territorio y nuestro patrimonio. Pero también quisimos que, aparte del evento en sí, le diéramos paso a un ejercicio reflexivo e investigativo. Por eso, contamos con la participación de unos relatores que nos dejaron sus impresiones. Relatores que, aunque ajenos a la escuela, habitan la localidad y luchan por ella. Y para ti ¿qué es el cuerpo? 



A continuación podrás leer el texto que nos comparte Andrés Ayala Herrera.    



Cuerpo, arte y territorio



Texto redactado a partir de la observación en el Foro Interlocal de San Cristóbal de la Escuela de Formación en Arte, Cultura y Patrimonio.



Por: Felipe Andrés Ayala Herrera

Licenciado en Educación Básica con Énfasis en Humanidades y Lengua Castellana.



Querido lector (a): 


Si algo sabemos quienes hemos trabajado en proyectos artísticos y comunitarios es que estos están atravesados por relaciones de poder. En este caso, formas de conocimientos institucionales, científicas y populares que se asientan presa en el territorio no sólo para dominar, sino para ejercer una autoridad específica para que las cosas funcionen como se quiere y no como deben ser. Algunos de estos conocimientos se pueden evidenciar en el uso desmedido de la palabra, cuyo fin es la persuasión y el engaño, la burocracia, la corrupción, el clientelismo y la dedocracia. En este sentido, no puedo dejar pasar la reflexión sobre el cuerpo, el arte y el territorio sin tener en cuenta lo anterior, puesto que es una parte constitutiva y esencial en la comprensión de las relaciones comunitarias.  


Todos sabemos que el cuerpo es extremidades, articulaciones, sistemas, movimiento, pensamiento, conocimiento y emociones. Y el territorio, un lugar geográfico, político y físico, donde una comunidad teje vivencias, historias, intimidades, afectos, luchas y relaciones. Y el arte, expresión de la inteligencia y las emociones. ¿Cuál es la relación, entonces, de estos conceptos o palabras?   A Continuación, daré una respuesta teniendo en cuenta el Foro de Arte, Cultura y Patrimonio de la Escuela de Formación Efarte.


El 9 de abril en la Maloca del parque San Cristóbal, en las horas de la tarde, se dio el encuentro de niños, niñas, adultos, abuelos y jóvenes; casi podría afirmar que era un choque intergeneracional. Cada uno de ellos compartía en diferentes secciones con expresiones artísticas, cuyo objetivo era la reflexión alrededor del cuerpo, el territorio y el arte en la localidad de San Cristóbal Sur. Recuerdo que me acerqué con escepticismo a la sección que formulaba la siguiente pregunta: ¿Quién soy yo? Una pregunta que me causó curiosidad por su contenido filosófico, pero también por la puesta en escena de cámaras, luces y trípodes que la acompañaban. 

Ejercicio del formador, Néstor Quintero. Foro Interlocal, 9 de abril, 2016.


El profesor de pelo largo hace la presentación del espacio, explica el significado de los objetos que adornan, mientras la gente lo escucha con aparente atención. Me disgusta un comentario que hace: “yo sé que la mayoría de ustedes no han cogido una cámara de estas, pero frescos, yo les explico”. Sentí de cierta manera algo de arrogancia en el hombre: yo sé, ustedes no saben. Parecía un Melquiades exhibiendo objetos extraños a una comunidad en apariencia prehistórica. Me olvido de ello y centro la atención en las siguientes palabras que pronuncia: “más allá de lo bonito o hermoso, lo que importa es un retrato que capture la esencia de nosotros”. Me intereso por esta definición, porque lleva a los asistentes a romper con los estereotipos fotográficos de belleza y conduce a las personas a pensarse la fotografía como un medio para hacer memoria, construir identidad y estimular la autorepresentación. Entonces, este profesor que presenta objetos extraños, invita a los asistentes a acercarse a la cámara, a unos para fotografiar, a otros para ser fotografiados. El ejercicio llama la atención, todos quieren participar.  


Sin pensamiento alguno me retiro del lugar para pensar en el arte, el territorio y el cuerpo. Pienso en que lo que relaciona el cuerpo y el territorio es la mirada: hay cuerpos desgastados por miradas obscenas, cuerpos elogiados por miradas hedonistas, cuerpos golpeados por miradas violentas y cuerpos peligrosos por miradas de temor. Y así, de esta manera, se puede hacer la misma reflexión con el territorio. Entonces, el arte y el cuerpo y el territorio se relacionan para trasformar la mirada que tenemos y así construirnos a nosotros mismos desde adentro; pero fuera del poder que ejerce la corrupción, el engaño y la mentira.  Disipo la reflexión y me voy a otra sección.


Me encuentro con un letrero que dice ¡Jugando voy recordando!, la actividad lleva cierto tiempo, me incorporo, escucho que el profesor interroga a los asistentes: ¿qué se siente cuando quiero avanzar?, ¿qué se siente cuando se tocan?, ¿sienten que el cuerpo quiere seguir hacia delante, pero algo lo obstaculiza? Tocan sus cuerpos mutuamente, algunos se intimidan, se evidencia en sus ojos y en sus movimientos lentos y sigilosos cierta precaución. De nuevo interviene el profesor y manifiesta lo siguiente: “sí ven que lo que no conocemos nos incomoda, nos incomoda que nos toque, esto es la soberanía del cuerpo, es decir, el cuerpo se convierte en el primer territorio que debemos proteger”. Sin embargo, creo que no sólo hay que protegerlo del otro, también de nosotros mismos: un cuerpo que no se cultiva, es un cuerpo peligroso para sí mismo. Por lo tanto, la palabra soberanía no puede ser usada para mantener cuerpos enfermos y sin cultivo, porque es como lo que ha hecho Estados Unidos: hablan de derechos humanos para violar los derechos humanos. En efecto, el cuerpo y el territorio, para ser soberanos, deben cambiar sus prácticas de cultivo y para ello está el arte, para cambiar y trasformar esas prácticas que impiden que nos movamos y toquemos al otro. Me retiro del espacio un poco dubitativo.   

Jugando voy recordando.
Me acerco a la sección donde un profesor, a través de un piano, produce música para que la gente se mueva con la nota musical. En este lugar se resalta el movimiento. Medito y me digo a mí mismo que el cuerpo y el territorio tienen movimiento y que este depende de nosotros: hay movimientos lentos, rápidos, rudos, corruptos, sigilosos, inteligentes, coordinados y descoordinados y que cada uno de acuerdo a su trayectoria de vida se mueve con algunos de ellos, ¿pero, qué se espera del movimiento de nuestro territorio? ¿Cómo a través del arte, en este caso la danza, movemos el territorio? ¿Qué tipo de movimiento queremos para él? Pienso, entonces que el arte es un cuerpo en movimiento en búsqueda de la perfección y la coordinación dentro de un territorio ¡Hay que movernos, hay que movernos para liberar el cuerpo y el territorio de las malas mañas!  


Sin pensarlo, y con cierta duda camino, camino, camino…me salgo de la Maloca y me dirijo a donde los asistentes practican juegos tradicionales. Juguetean con costales, con trompos y cocas, etc. Algunos, especialmente los más viejos, recuerdan su infancia, los más jóvenes sonríen y disfrutan, al parecer como nunca lo han hecho. Entonces, indago y pienso que el cuerpo es juego y que el territorio también, y que es a través del juego que hacemos memoria para construir nuestro cuerpo y territorio. Me voy rápido de esta experiencia, al parecer capté fácilmente su significado. Me gustó, me gustó. 


Juegos de mi territorio.
Vuelvo de nuevo a la Maloca. Me dirijo a donde un grupo discute el significado de imaginario. Pienso que un imaginario es algo de la mente y que, al mismo tiempo, son construcciones sociales que tenemos de la realidad social. Entonces, el profesor que dirige el espacio pregunta: ¿cuál es el imaginario que tenemos del territorio?, él mismo se contesta y manifiesta que el imaginario es el de un lugar peligroso y violento. La gente lo mira con duda y escepticismo, observo que el interrogante es complicado para los asistentes. Suena un pito para indicar a las personas que se tienen que acercar al centro para observar una función: al parecer, no sé, disculpe mi ignorancia, creo que es de Clown y otras cositas. En este sentido, creo que el territorio y el cuerpo, es eso, un imaginario que vamos construyendo y reconstruyendo a través de las representaciones artísticas.


Entonces, el arte es una manifestación del cuerpo y del territorio y viceversa, pero al mismo tiempo es el espíritu del cuerpo, es el lienzo a través del cual vamos dibujando las relaciones comunitarias; es la utopía que marca nuestros gestos, miradas y costumbres; es el silencio que nos enseña la vida, es el grito de Edvard Munch, es la sinfonía de Beethoven, es Mozart, Nyman y las letras de Borges.


Otros aspectos.

Me pareció que el foro cumplió con el objetivo. Los felicito por la organización y la metodología, fue un ejercicio donde brotó el aprendizaje. Los felicito.   

jueves, 5 de mayo de 2016

Libando la Palabra. Edición 2009. ¡Gratis para leer y descargar!

Seguimos nutriendo nuestra Biblioteca Digital, y en esta oportunidad publicamos la cartilla del Festival Libando la Palabra, edición 2009. El Libando la Palabra es uno de los eventos más tradicionales e importantes de San Cristóbal. Acá podrás consultar la cartilla completa y gratis. Lee, también, la reseña histórica del festival, para conocer mejor este territorio lleno de poesía y palabras al viento. 


Portada del Libando la Palabra, 2009.


Consulta la cartilla y, si lo deseas, también puedes descargarla.

lunes, 2 de mayo de 2016

Recordando voy y jugando estoy. Por: Arnedis Racero.



El pasado nueve de abril se celebró el Foro Interlocal de nuestra escuela. La temática que lo convocó giró alrdedor del cuerpo y la relación de este con nuestro territorio y nuestro patrimonio. Pero también quisimos que, aparte del evento en sí, le diéramos paso a un ejercicio reflexivo e investigativo. Por eso, cada uno de los integrantes del equipo de trabajo de EFARTE, docentes y monitores, se preguntaron qué significaba para ellos el "cuerpo", esta palabrita tan compleja y tan veleidosa. De ahí que todos ellos se dieran a la tarea de escribir. Acá te compartimos los resultados. Y para ti ¿qué es el cuerpo? 

A continuación podrás leer el texto que nos comparte el formador en danzas Arnedis Racero.  

Nuestra  propuesta  de   foro  estuvo diseñada  para  ser articulada  con la recuperación de la memoria como elemento fundamental  del  patrimonio; como una  esperanza de vivir a través de los  recuerdos.


En  nuestro  espacio,  apoyados  por  algunos  miembros  del  equipo de  la  escuela,  y  después  de  haber  desarrollado  una  tarea  con  las  personas  de  nuestros  grupos,  adelantamos nuestro objetivo: describir  los  juegos  y  cantos   que  las  mujeres  en  su  niñez  utilizaban  para  recrearse. Partiendo  de  este  material,  ellas, libremente, escogerían los  juegos  que   durante  el  foro  se   propusieran.


Nuestro  ejercicio  dio como  insumo,  la  conclusión  de que  el  cuerpo  como  territorio  tiene  un acervo muy  extenso  desde  la   memoria  y  las  vivencias  experimentadas  a  través  del   tiempo. Que el cuerpo es  el  primer  territorio  que debemos proteger  y  que es desde él que podemos recuperar  lo  que  ya  hemos vivido.

En  nuestras  vidas  cambiamos  de  entornos  físicos  con  mucha  frecuencia  y  facilidad,  pero  el  cuerpo  como  territorio,  siempre  estará con  nosotros. Y, así, llevando consigo todo lo aprendido. El pasado, el presente y el futuro pasa por nuestra corporalidad y es vuelta hacia nosotros por medio de la memoria. 
A propósito de esta reflexión, he decidido poner a consideración  este  documento, que versa sobre la visión del cuerpo como un territorio.

Arnedis Antonio Racero. 



EL CUERPO COMO TERRITORIO DE SOBERANÍA

Victoria Sendón de León


Principio de individuación.- Desde el punto de vista de la filosofía, el principio de individuación es aquello que nos identifica como individuos, es decir, la materia, que en nuestro caso es el cuerpo. 

Grupo de danzas de Santa Rosa. EFARTE, año 2015.

La forma sería aquello que nos identifica a los de una misma especie, o sea, aquello que nos identifica como humanos. Sin embargo, no se suele hacer distinción entre el cuerpo de un hombre y el de una mujer porque todo se define de un modo abstracto.

Pero, como somos seres culturales y por tanto simbólicos, sí que existe un abismo entre uno y otro.  Pero yo creo que también hay diferencias substanciales desde el punto de vista de las causas, es decir, genético. Y eso hay que tenerlo muy presente porque se dan profundas diferencias reales en el modo en que se presentan tanto la salud como la enfermedad. Ahora es cuando se empieza a investigar en cuerpos y cerebros de mujeres, porque hasta hace poco el patrón era sólo el masculino y existía una gran ignorancia respecto al comportamiento del cuerpo femenino. Y no digamos de la psique, auténtico “continente negro” de la Psicología, según Freud. 

Muestra final, grupo de danzas. EFARTE, 2015.

La vida.- Creo que no se puede hablar del cuerpo sin hablar de la vida, porque un cuerpo sin vida ¿es realmente un cuerpo o sólo materia en vías de desintegración? Lo que hace que estemos vivos, según Aristóteles, es el alma o psique. En absoluto el alma en un sentido religioso, sino como causa eficiente, como soplo vital, como energía. Otros se preguntan si el alma o la vida está contenida en esos 21 gramos que perdemos en el instante de morir, como plantea una película mexicana reciente, es decir, algo sin valor, algo mínimo que no tiene ninguna importancia como, de hecho, se piensa en nuestra civilización actual. Sobre todo si la vida es la vida de alguien anónimo, de un cualquiera que anda pululando por la tierra.


Desde el punto de vista de la biología actual, se sabe que la vida se debe y se mantiene gracias a una simbiogénesis, que no es otra cosa que la unión de dos organismos con características complementarias que dan lugar a un nuevo ser. Bacterias espiroquetas, o sea, bacterias libres, se unieron para poder adaptarse a determinados cambios en el medio y formaron un nuevo tipo de bacterias con núcleo, las eucariotas, dando origen a la vida vegetal, animal y humana tal y como las conocemos. Pero resulta que estas bacterias se encuentran en el ADN mitocondrial, que es el que la primera mujer de la especie ha transmitido a todas las mujeres del mundo y cuya función es la de generar energía para todas nuestras funciones vitales en colaboración con unas enzimas que se encuentran en la matriz y sintetizan determinadas proteínas esenciales para la vida. Se trata de una gran central energética. ¿Sería, pues, la madre quien transmite el alma? Decir que somos hermanas porque somos hijas de una misma Madre no es una expresión romántica o metafórica, sino real. Esta nueva teoría se debe a la bióloga genetista Lynn Margulis.


Grupo de danzas en exposición fotográfica, 20 de Julio.
EFARTE, 2016

Función del cuerpo.- La función del cuerpo entonces ¿no sería más que la de mantener la vida biológica en una cadena sucesiva de seres? Pues sí, así es. No somos fundamentales para la vida como individuas, pero sí como especie. Incluso podemos llegar a destruirnos como especie humana, pero no podremos destruir jamás la gran cadena del ser, de la vida, de nuestro planeta Gaia, porque la vida continúa con nosotros o sin nosotros. Pero hablando del ser humano aquí y ahora, y como decían las diversas corrientes hedonistas, mantener la vida no tiene sentido si no se vive una “buena vida”. Y una buena vida es, sin duda, una vida feliz, una vida digna de lo humano. Las escuelas éticas griegas buscaron esta felicidad como lo más importante de la existencia, pero las religiones monoteístas posteriores hicieron de la vida un valle de lágrimas, un paso hacia “otra vida” y, por tanto, despreciaron esta vida y por tanto el cuerpo. A lo más que llegaron fue al “no matarás”, pero con excepciones, pues en nombre de Dios se han realizado las mayores matanzas de la historia.

Danzas en exposición fotográfica, 20 de Julio. 
EFARTE, 2016.

Esta influencia caló en pensadores tan lúcidos como Inmanuel Kant, que sentenciaba que la ética no debía ocuparse de cómo hacernos felices, sino de cómo hacernos dignos de la felicidad a través del deber formulado por un imperativo categórico. Sin embargo, yo creo que la ética sólo tiene sentido si nos proporciona el goce del instante y el gozo mantenido a lo largo de la vida. La ética no tiene tanto que ver con el deber como con la sabiduría. Y la sabiduría de la vida consiste en despejar sufrimientos inútiles y potenciar todas las fuentes de felicidad, satisfacción y goce. Sin embargo, nos resulta mucho más fácil sufrir que gozar. Una gran perversión de nuestras culturas. También fue Spinoza el que escribió en su “Ética”. La felicidad no es un premio que se otorga a la virtud, sino que es la virtud misma, y no gozamos de ella porque reprimamos nuestras concupiscencias, sino que, al contrario, podemos reprimir nuestras concupiscencias porque gozamos de ella. 


Tengo que aclarar que el gozo o la felicidad no es el placer por el placer, sino aquello que potencia nuestras posibilidades y la vida misma. De hecho, la escuela cínica practicaba el desprendimiento de todo lo superfluo, incluidos muchos placeres, con tal de conseguir el gozo y la felicidad a través de una libertad absoluta.


La muerte.- Si estamos reflexionando sobre el cuerpo tendremos también que plantearnos si es fundamental pensar en la desaparición de ese cuerpo, es decir, en la muerte. Heidegger, sobre todo en su primera etapa, habla de la existencia humana como un-estar-en-el-mundo, un mundo cuya esencia es la temporalidad, de ahí que el ser humano sea “un ser para la muerte”. Spinoza, por el contrario, dice “El hombre libre en nada piensa menos que en la muerte, y su sabiduría es una meditación no sobre la muerte, sino sobre la vida”. Lo fundamental de la vida para él es el deseo, de modo que la ética consistiría en llegar a ser conscientemente lo que somos de un modo inconsciente, de suerte que nuestro comportamiento sea más activo, más potente y más libre, lo cual no tiene nada que ver con la muerte, sino con una vida plena. La finalidad de su Ética es que lleguemos a ser quienes somos. Sin miedos.


Así pues, somos individuas porque tenemos un cuerpo, pero nuestra individualidad proviene de la interacción de otros muchos seres que nos han precedido. Sin la cooperación, la agrupación y la simbiosis la vida no sería posible y nosotras tampoco. Pero en esa evolución que nos precede resulta que aparece un elemento nuevo que es la mente y, por tanto, la libertad. Una libertad muy condicionada, pero que puede proyectarse mucho más de lo que creemos por la consciencia de que formamos parte de toda la potencia que alberga la Naturaleza, que según Spinoza, no es más ni menos que “el infinito gozo de existir”. Y esto es lo que debería reflejar nuestro cuerpo, ese infinito gozo de existir. Va todo tan ligado que lo que afecta a la mente, afecta al cuerpo y a la inversa, porque vivimos en un universo holístico.


Preparativos para muestra final de EFARTE.  Año 2016. 
Soberanía del cuerpo.- Uno de los empeños más pertinaces del Patriarcado ha sido el de dominar y controlar los cuerpos de las mujeres. De la brutalidad más evidente han ido pasando a métodos más sutiles o, mejor, han ido incorporando nuevos modos, ya que la brutalidad continúa. Es más, se acentúa por el proceso de liberación y emancipación de las mujeres que muchos varones no pueden soportar. Siempre la moda y el recato han constreñido el cuerpo de la mujer: corsés, fajas, refajos, enaguas, tocas, velos, burkas, etc. Como ya las mujeres hemos decidido no ser recatadas de acuerdo con el control masculino, los métodos han sido más sutiles: el destape por obligación, la talla de acuerdo con las modelos, unas modelos que aparecen cada vez más como anoréxicas, enfermas, ojerosas y hasta con la cabeza metida en un saco y una soga al cuello como si fueran al patíbulo. A veces los deseos más secretos y oscuros de muchos hombres pasan por ver destruida a la mujer, pero esos deseos inconfesables emergen en forma de modas impuestas. Pero el paso intermedio es el control. Las mujeres de nuestra generación hemos pasado por la falda estrecha, el tacón alto, las uñas larguísimas, el pelo suelto... ¿qué animal podría huir, defenderse o atacar con esos condicionantes? 



Arnedis Racero guiando al grupo de formadores y de
monitores en la presentación de danzas.
Foro Interlocal de EFARTE, 9 de abril de 2016

Pero ahora hemos pasado a métodos más brutales que atacan directamente al cuerpo y a la salud. En primer lugar, y por primera vez, se comienzan a hacer investigaciones científicas y médicas en organismos femeninos, comprobándose que los comportamientos de ambos sexos son muy diferentes, así como sus síntomas y su terapia. Para colmo, las mujeres tenemos muchas más enfermedades psicosomáticas que los hombres, debido precisamente a que vivimos en un mundo hecho por ellos y para ellos. Los protocolos establecidos en los hospitales son los adecuados para la fisiología masculina, pero no para la femenina, por eso mueren muchas más mujeres en las urgencias de los hospitales.


En segundo lugar, todo lo que está relacionado con las funciones fisiológicas de la mujer están siendo medicalizadas: la regla, la menopausia y hasta la gestación y el parto como si se tratara siempre de enfermedades, sin contar con la cantidad de nacimientos por cesárea y en viernes porque los ginecólogos quieren irse tranquilos de fin de semana y porque, seguramente, se cobra más por una cesárea que por un parto normal para el que una comadrona o partera es más que suficiente. Sin mencionar el parto acostadas para que el ginecólogo esté más cómodo y tenga más capacidad de movimientos, en lugar del parto de pie o sentadas en el que la partera o comadrona, arrodillada, recibía a la criatura recién nacida (Esta postura nunca la aceptaría un médico). Además habría que mencionar el suplicio que supone para las mujeres la “fecundación asistida”, que en muchos casos está propiciada por la esterilidad de los varones. Parece como si una mujer que no sea madre no tenga ningún valor cuando eso no se exige en el hombre. 

Grupo de danzas de EFARTE, 2016. Casa de la Lluvia de Ideas.


Pero lo que constituye una verdadera aberración es la utilización generalizada que se está haciendo del cuerpo de las mujeres en la prostitución como un programa más de los viajes turísticos o entre la población emigrante a países del primer mundo; la venta de niñas, los vídeos porno-sádicos, el esclavismo sexual o el abuso sistemático por parte de padres y parientes de los seres más indefensos.


En definitiva, que la utilización y el control de los cuerpos constituye una estrategia más del poder que se ejerce sobre los otros. El filósofo Michel Foucault nos alerta precisamente sobre las nuevas formas de poder a las que él llama biopoder. Esto quiere decir que el poder está pasando sutilmente de encerrar en cárceles y psiquiátricos a determinada gente asocial a ejercer un control minucioso sobre el cuerpo mismo de todos los individuos. Y esto es más cierto aún respecto al cuerpo de la mujer que respecto al del hombre. Antes nos quemaban por brujas, ahora nos controlan con la estética. Muchas mujeres de clases medias y altas han puesto sus cuerpos en manos de los cirujanos como antes ponían sus almas en manos de los directores espirituales. Y todo en función de un modelo estético del gusto de los varones, además de la agresión física que supone para sus cuerpos. Es como aceptar que una mujer que no tenga un “buen cuerpo” no vale nada o que una mujer con canas y arrugas es realmente despreciable.


Formador Arnedis Racero en muestra final de EFARTE.
30 de abril de 2016.


La soberanía del cuerpo no significa que seamos seres independientes de los demás, cuerpos aislados y autónomos, no. Somos cuerpos que sirven a la vida en el sentido más abstracto y cósmico, pero somos también sujetos libres capaces de decidir sobre el modo de vida y sobre el propio cuerpo. Libres y responsables de vivir una vida digna y feliz. Sin embargo este derecho y esta responsabilidad se están convirtiendo en un hecho revolucionario, pues es tal la presión para que estemos dentro del modelo estándar, que si no seguimos ese patrón nos sentimos excluidas del reconocimiento de una sociedad globalizada hasta en sus perversos gustos e imperativos. La soberanía del cuerpo carece de sentido en un mundo patriarcal que sigue venerando las guerras como hechos que le honran, y en las que mercenarios pagados se han convertido en máquinas de matar sin ningún respeto por la vida y por los cuerpos de tantos y tantos seres humanos inocentes. Pero si contabilizamos las muertes por violencia de género y las vidas maltrechas y desgraciadas por esa violencia, superamos con mucho a las víctimas provocadas por las guerras. Se trata de un auténtico feminicidio universal del que las muertas de Ciudad Juárez de México no constituyen más que la punta del iceberg.