lunes, 16 de mayo de 2016

Encontré mi cuerpo, y cuando volteé a mirar, encontré un paisaje...Por: Magdalena Mendoza.

El pasado nueve de abril se celebró el Foro Interlocal de nuestra escuela. La temática que lo convocó giró alrdedor del cuerpo y la relación de este con nuestro territorio y nuestro patrimonio. Pero también quisimos que, aparte del evento en sí, le diéramos paso a un ejercicio reflexivo e investigativo. Por eso, contamos con la participación de unos relatores que nos dejaron sus impresiones. Relatores que, aunque ajenos a la escuela, habitan la localidad y luchan por ella. Y para ti ¿qué es el cuerpo? 


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Encontré mi cuerpo, y cuando volteé a mirar, encontré un paisaje urbano y rústico. Un paisaje fondeado por los Cerros Orientales, como cuerpos durmientes de un sueño milenario. 

Me parece pertinente abrir este texto explicando que fui invitada a formar parte de este ejercicio como observadora, y que para la construcción de este relato, me apoyaré en la vivencia e impresiones que logré capturar en los diferentes momentos. Para ello, evidenciaré la subjetividad del ser participante, pero también la objetividad del que observa a los otros en su relación con la experiencia y con sus propios cuerpos. 

A continuación daré cuenta de cuatro prácticas artísticas: 1) desde la fotografía: nosotros mismos; 2) desde las escénicas: match de improvisación; 3) desde la literatura: caja de espejos; 4) desde las pláticas: paisaje sonoro

Lentamente recorrí los diferentes escenarios que se preparaban para poner en marcha el encuentro con los sentidos, con el propio cuerpo y con el de los demás; adaptándome así a sus procesos, ritmos y cambios. 

Domo de San Cristóbal. Lugar donde se desarrolló el II Foro Interlocal de EFARTE.
Abril de 2016.

En la primera experiencia llamada "Nosotros mismos", había un grupo de personas atentas. Allí se planteaba una pregunta muy filosófica: ¿Quién soy yo? Para dar respuesta a esta cuestión, el formador mostraba cómo los objetos nos identifican, es decir, que estos terminan haciendo parte constitutiva de nosotros: de nuestros gustos, nuestros deseos, nuestras posturas, nuestras condiciones de vida...y en este sentido, nos demostraba que los objetos pueden decir tanto de nosotros como nuestras propias palabras. 

Por ejemplo, sobresalió la "Máquina de coser", como uno de esos objetos que caracterizó y marcó no sólo a individuos sino a generaciones enteras; de modo que este objeto sirvió como una especie de detonante de la memoria personal y colectiva. El cuerpo no existe aislado, sino que se acompaña de los objetos con los que está en constante interacción y, esta interacción, nos permite volver a encontrarnos con nuestro ser histórico en diferentes estados, gestos, espacios y tiempos. Quizá, el hecho de encontrarnos con objetos de antaño, nos pueda sonrojar e inquietar porque nos evoca creencias y sentires que pensábamos ya olvidados.



Georgina Gómez de Velásquez.
II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016.
Junto a los objetos también encontré fotografías y retratos que representaban a un yo que lentamente se iba como el agua entre las manos. Desde esa experiencia es que cobraba vigencia la pregunta: ¿el retrato o fotografía permite reconocer quién soy yo? Tal vez la respuesta pasa por una reflexión: los retratos que nos toman (por ejemplo, para documentos de identificación) no capturan necesariamente lo que somos. Es decir, muchas veces los retratos, aunque nos reflejan, generan un desconocimiento propio y una falta de identidad. En este sentido, el mejor retrato será aquel que conserve no solo la imagen del cuerpo, sino todo aquello que lo acompaña y le identifica. 

Para complementar el ejercicio, el grupo fue dividido en dos: el primero, personas dispuestas a dejarse fotografiar, y el segundo, los que tomarían las fotografías. Los primeros debían escoger un objeto que les gustara e identificara, mientras que las personas del segundo grupo exploraban las cámaras y sus funciones. 

Un participante que me llamó la atención fue el señor Antonio, a quien fotografiaron de primeras. Para su retrato se escogió una rana, un objeto que le recordaba sus raíces campesinas. Lo que evidenció, una vez más, que los objetos guardan una relación estrecha con lo que fuimos, somos y seremos y, por lo tanto, con el recuerdo de momentos, lugares y personas. 

Don Antonio Alejandro Espinosa
II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016

A partir de la fotografía, como ejercicio pedagógico, pude reconocer cómo el retrato, por un lado, tiene la capacidad de conservar la memoria de un momento específico de la vida de una persona; por otro, que los retratos que conocemos de nosotros mismos no necesariamente nos representan, ya que no nos permiten ser y aparecer con los objetos que nos conectan con la infancia, la juventud, la adultez, la vejez y el territorio. Por último, comprendí la importancia que tiene preparar un retrato, su complejidad y la técnica que implica su elaboración. 

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El territorio recorre mi cuerpo y mi alma,  mi cuerpo y mi alma recorren el territorio...

La segunda experiencia comienza con la narración de una historia que retrataba, de manera muy fiel, la época de los colectivos y sus pregoneros. El personaje principal era, por supuesto, un pregonero, el cual realizaba descripciones muy precisas en cuanto al vocabulario que usaban entre ellos para conseguir todo el cupo del colectivo, el costo del pasaje, las condiciones del clima, las características del territorio y sus habitantes. Recordé que esto lo hacían desde las partes altas de nuestra localidad hasta el centro y viceversa. Es de resaltar que la lectura realizada por el formador propiciaba recuerdos y una clara sensación de nostalgia sobre un pasada que, en mi caso, viví durante la niñez.  

Al observar un dibujo de la silueta humana, que en la parte superior de la carpa formula la pregunta: ¿Qué es el cuerpo?, se genera una conversación en torno a la relación existente entre el cuerpo, el otro y el territorio actual (San Cristóbal). Los planteamientos se entrelazan con la fragmentación que ha sufrido el cuerpo y el territorio por la violencia, la guerra y el desplazamiento. De manera que queda la reflexión de cómo en nuestro cuerpo se reproducen las violencias de nuestro territorio, nuestros barrios y nuestro país. Tanto el cuerpo, como el territorio forman parte de la historia, y la historia nos permite reconocernos como parte de una tierra, de un ambiente y de unas condiciones que nos han atravesado, más allá de los límites de nuestra piel. 

Carpa de artes escénicas. II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016

Pronto nos acercamos a unas cajas que contienen vestuarios, máscaras, antifaces y otros objetos que incitan a convertirnos en otros. Con esta actividad sentimos la angustia de representar tres situaciones: el despojo de la tierra, el reclutamiento forzado y la inseguridad. Momentos que ha vivido, y sigue viviendo, nuestro territorio y que cobran vida en nuestros cuerpos. 

Con las diferentes escenas se manifestó la cercanía entre el territorio y el cuerpo como unidad. De manera que los sucesos que están mediados por la violencia, la guerra y el poder atraviesan tanto al cuerpo como al territorio. 

Para cerrar este apartado me remitiré a una pregunta que les realicé a dos participantes: 

¿Qué significado tiene el cuerpo para usted?

Es como sentir—, me responde la entrevistada, que se llamaba Carolina Rojas.

El cuerpo abarca la existencia y el entorno...el cuerpo es fundamental acompaña la respuesta, un joven llamado Germán Bermúdez. 


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Cuando me contaste tu recuerdo, quise ser esa niña que iba con su abuela a recoger café...

En la experiencia "Caja de espejos" se nos invitó a recrear la memoria como instrumento de socialización intergeneracional y, como tal, una forma de enriquecer el ejercicio de reconstrucción de saberes y experiencias. 

La actividad entró en marcha y allí encontramos los recuerdos narrados por voces de diferente color, tono y textura. Los recuerdos nos transportaron a un olor o sabor característico que se relacionaba con nuestras abuelas. Lo sensible trasciende el cuerpo y rebasa los sentidos; fue, entonces, como retornar al huevo o sentirse cerca de un ser amado. 

Haciendo uso de la representación gráfica pudimos capturar una secuencia de imágenes que relataban los recuerdos que nos remitían al campo, a sus costumbres y a los quehaceres tradicionales: levantarse temprano, cargar agua desde el pozo hasta la casa, poner un fogón en piedras, y allí, preparar el desayuno con arepas y plátano. Y, claro, también ordeñar las vacas para luego ir a recolectar café. En ojos marcados por la experiencia y el paso del tiempo, se podían observar la carga de significados que las personas les atribuían a sus vivencias. Más, si estos tenían que ver con seres que nos enseñaron, castigaron, vistieron y alimentaron. O, dicho de otra manera, que nos marcaron para siempre. 


Actividad literatura. II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016
Compartimos un momento especial cargado de ayeres imborrables a los que, necesariamente, retornamos de vez en cuando para reafirmar lo que somos y de donde venimos. Este ejercicio reconstruyó momentos escondidos de la memoria en los cuales mi historia de vida se vio reflejada, como una hija más de esta tierra. 


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Cerré los ojos y me encontré en un devenir de imágenes y sensaciones que componían el paisaje de mi vida... 

Me adentré por un momento en la oscuridad y lentamente el pensamiento componía y descomponía imágenes, lugares y sensaciones motivadas por una atmósfera que me guiaba y transportaba sin límites, a tiempos y espacios que formaban un paisaje sonoro. El espacio oscuro me permitió el encuentro con mi propio cuerpo y con el de los demás. 

En ese encuentro con los demás volvimos a la realidad, y allí las pinturas fosforescentes y los pinceles nos esperaban para que diseñáramos una pintura; pintura motivada por los sonidos, los sentidos y las emociones del momento. A partir del sonido se altera el cuerpo y se recrea el recuerdo del territorio, de las aves, del agua y de las personas que conformamos el paisaje. 


Actividad de Artes Plásticas.
II Foro Interlocal EFARTE. Abril de 2016
Al salir de esta dimensión, algunas personas expresaron sus sensaciones, como el temor; otros se acordaron de algún momento en especial o de un lugar del barrio y la localidad. El formador plantea, entonces, la pregunta: ¿cuáles son los imaginarios corporales que construimos en el territorio? Pregunta ante la cual pienso: el consumo es uno de los imaginarios que más nos afecta y que también afecta al territorio, debido a que el imaginario ejerce una fuerza sobre el cuerpo y a su vez, el cuerpo ejerce una acción directa en los entornos. 


Luego de nutrirme de todas estas experiencias, noto que todo el público se arremolina en el centro del domo, y allí, me acerco para seguirme sorprendiendo de nuevas cosas...

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Para cerrar, debo agradecer la oportunidad de vivenciar y aprender sobre otras concepciones del cuerpo, a partir del acto pedagógico-artístico y crítico. Y asimismo, cómo esto se relaciona con el patrimonio cultural que posee nuestra localidad. 

Gracias por alentar un espacio para el encuentro y la participación de todos los habitantes del territorio, ya que finalmente, para poder generar transformaciones, debemos descolonizar el pensamiento y el cuerpo. Y, creo yo, eso se logra a partir del reconocer las historias, las memorias e imaginarios como entidades vivas capaces de construir o destruir. De nosotros dependerá hacia dónde guiaremos, o permitiremos que guíen, a nuestro territorio. 

Por: Magdalena Mendoza Lozano. Abril de 2016.

2 comentarios:

  1. Me parece bastante constructivo,instructivo y formativo lo que han hecho en su escuela. Mas aún tratándose del cuerpo. Porque, eso necesitamos, conocernos mejor a nosotros mismos para poder relacionarnos mejor con los demás y con el territorio. Vivir mejor nuestras vidas, más armónicas. ¡Felicitaciones a todos! ¡¿ Para cuándo la segunda temporada?! Jeje. Gracias.

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    1. Ojalá se dé María Eugenia. Hay que pelear por ella.

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