jueves, 26 de mayo de 2016

EFARTE. Tejedores de libertad.

Del corto documental: "EFARTE, Tejedores de libertad". 

Hoy voy a contarte un pequeño retazo de una gran historia, la historia de una parte de lo que soy; una historia que le dio color y sabor a este universo vertiginoso en el que vivo, una historia de esta vida que es real y que muchas veces duele, pero que me demostró que más allá de las penas, siempre hay una hermosa posibilidad de transformar el mundo con la energía de las pasiones.

Esa posibilidad vital con la que todos nacimos y que nos acerca un paso más a la libertad, se llama arte. Pues sí, esta es la historia de una escuela de arte, pero no es una escuela cualquiera, donde vas a que un maestro te llene de técnicas y saberes para que aprendas un oficio y ya, no, esta es una escuela humana, en la que vas a compartir un poco de lo que eres con la energía vital de muchos otros, y así, con las historias de todos, tejer un gran universo creativo y vivo que lleva a reconocerte en los demás. Mmm, cómo te dijera, es como un espejo en el que cuando te miras se refleja no sólo tu historia, sino todas las historias de muchos convertidas en una gran obra de arte. Es una escuela en la que puedes construir un tejido de libertad que se llama: comunidad. Así es que hoy te voy a contar la historia de una escuela de arte en la que he podido aportar un poco de mí, para hacer más entre todos. Un lugar que me ha permitido crear y recrear mi mundo, a través de los sentidos. Hoy te voy a contar la historia de EFARTE, la Escuela de Formación artística de San Cristóbal. 


Artes Plásticas.

Y bien, ya vas sabiendo de qué se trata EFARTE. Una escuela que se va construyendo cada día entre todos y para todos, pero...¿quiénes somos todos? Somos la comunidad de San Cristóbal. Una localidad que habita entre las montañas bogotanas. Para que puedas hacerte una idea de la geografía de este territorio, San Cristóbal es una escalera al cielo, todos los días suben y bajan cientos de miles de sueños e historias que se entrecruzan entre enredados ríos y laberintos urbanos. Historias de todas las edades, todos los colores, olores y sabores. Algunas de tierras lejanas...ahhhh...la tierrita...un amigo suele decir, que en San Cristóbal, algunas calles son tan empinadas que no han sido pavimentadas sino empañetadas. 

Igual que en el territorio, acá la vida tiene tantas subidas como bajadas. Hay días que no son fáciles, eso es innegable. Pero acá estamos acostumbrados a que si bajas, tienes que volver a subir. Y, bueno, EFARTE se ha convertido en una excusa para levantarnos cada día a buscar una pared para pintar, una canción para cantar, un ritmo para danzar, un personaje para interpretar, una foto para capturar o, así como esta, una historia más para contar...


Literatura.
Parces, cuchos, pelaos, profes, socios, abuelos, nietos, hijos, madres, padres, compadres, comadres y hasta el perro...todos en el mismo espacio y con la mismas ganas de compartir un ratico de vida en este sueño de arte, que el viento trajo a la montaña multicolor. Acá una abuela danza junto a su nieta mientras el nieto toca la guitarra y la otra abuela toma fotografías a la comadre. Mejor dicho, todo esto acompañado del perro batiendo el rabo. Para gozarse la EFARTE no hay límite ni para delante ni para atrás. Acá la única norma para ser recibido es tener vida y ganas de ponerle una pizca de magia a la cosa...


Danzas.

Cuál es la gracia del arte, entonces, dirán algunos. Pues el motor que le da vida al arte son las ganas de sentirnos un poquito más libres; de poner a funcionar los sentidos para contar, cantar, danzar, pintar, capturar, tocar y hasta dramatizar un fragmento de ese gran universo diverso que habitamos. Es la oportunidad de recordar que todos somos espíritus creativos y danzantes, que podemos convertir nuestro mundo cercano, nuestra vida cotidiana, en una obra de arte. Al final todos somos personajes de nuestra propia obra, o de la obra de otros. Y esa es la razón de ser de EFARTE: movilizar toda la energía vital de una comunidad en torno a una gran red de sentimientos y emociones que permite expresar a través de los sentidos, la esencia de la vida misma. Pensándolo bien, ahora creo que EFARTE es más que una escuela. Es una red de pasiones que se teje, en un lugar que habita en el corazón de una comunidad que se llama San Cristóbal. 


Artes Plásticas.
Y bueno, como en las grandes obras, por hoy se cierra el telón, pero esta obra debe continuar, porque la vida no para; el tiempo y sus historias no se detienen nunca. Así es que hoy te vine a contar la historia de una escuela de arte que solamente puede existir si todos los que hacemos parte de ella, la inventamos y la reinventamos todos los días. Estudiantes, docentes, monitores, toda una comunidad que día a día estamos pensándonos en una mejor escuela para compartir esa magia que nos hace más humanos; esa magia llena de libertad, esa magia que se llama arte. 


Juegos tradicionales.



Documental "EFARTE, Tejedores de Libertad".


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